España mantendría una tasa anual de crecimiento demográfico en los próximos años con niveles inferiores al 0,35% y en ligera tendencia decreciente. De esta forma, y después de unos años de elevado crecimiento demográfico, España alcanzaría poco más de 47 millones de habitantes en el año 2020, en caso de que se cumplan las previsiones del INE.
Con ello, en el periodo 2010–2019 la población residente crecería en 1,2 millones (un 2,7%), frente a los 5,9 millones de incremento (14,8%) en la primera década del siglo XXI. En promedio anual, el crecimiento demográfico sería de 124.591 habitantes, muy inferior a los 593.931 de la pasada década.
España habría abierto en 2009 un periodo de continuo decrecimiento del número de nacimientos, tras el máximo de 518.503 alcanzado en 2008 (cifra no observada desde 1981). Este paulatino descenso de la natalidad viene determinado por la propia estructura de nuestra pirámide poblacional, al estar entrando en edad fértil generaciones de mujeres menos numerosas, nacidas durante la crisis de natalidad de los 80 y primeros de los 90.
Esta evolución de la natalidad se produciría a pesar de que continuará la tendencia favorable de la fecundidad de la última década. Así, el número medio de hijos por mujer alcanzaría los 1,51 en 2019, frente a 1,40 en 2009. Estas mismas tendencias llevarían a una estabilización de la edad media a la maternidad en torno a los 31 años para los próximos años.
A su vez, en caso de mantenerse los ritmos de reducción de la incidencia de la mortalidad actualmente observados, la esperanza de vida al nacimiento se incrementaría tanto en los varones (en 1,7 años hasta los 80,1 años) como en las mujeres (en 1,5 hasta los 86,1 años).
Por comunidades autónomas
La reducción del flujo inmigratorio procedente del extranjero y el propio envejecimiento poblacional reduce el potencial de crecimiento demográfico en todas las regiones de España.
De hecho, la prolongación de las tendencias demográficas actualmente observadas a los próximos 10 años conllevaría que se registraran decrecimientos poblacionales en cinco comunidades autónomas: Principado de Asturias (–3,2%), País Vasco (–2,0%), Castilla y León (–1,9%), Galicia (–1,6%) y La Rioja (–1,3%). En la gran mayoría de ellas el número de nacimientos se vería claramente superado por el de defunciones.
En el lado opuesto se situarían Castilla-La Mancha (6,4%), Illes Balears (6,4%), Murcia (6,0%), la Comunidad Foral de Navarra (5,5%), Comunidad de Madrid (5,4%) y Andalucía (5,0%), además de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, con crecimientos poblacionales superiores al 5% en todas ellas.