La caída del déficit de la balanza por cuenta corriente se debió, principalmente, a la reducción del déficit de rentas y, en mucha menor medida, al aumento del superávit de la balanza de servicios, que compensaron la ampliación del déficit de la balanza comercial y de transferencias corrientes.
En concreto, el déficit de la balanza comercial creció un 10,8% hasta julio y se situó en 26.870,5 millones de euros. Según explicó el Banco de España, esta evolución se produjo en un contexto de crecimiento de los flujos comerciales, tanto de las exportaciones como de las importaciones (15,7% y 14,7% en tasa interanual, respectivamente), y de reducción del saldo negativo del componente no energético y ampliación del energético.