El vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, anunció este viernes la última medida del Ejecutivo para combatir el auge de los precios de los carburantes debido a la crisis que sacude a algunos de sus países productores, como es el caso de Libia.
De este modo, a partir del próximo 7 de marzo la velocidad máxima en todas las autopistas y autovías del país se reducirá desde los 120 kilómetros actuales a 110 kilómetros por hora. Muy lejos de los 140 kilómetros por hora que algunas asociaciones reivindican como la velocidad máxima que debería establecerse.
Según datos del ministerio de Fomento, habrá que cambiar el límite de velocidad que marcan unas 6.000 señales de circulación que se encuentran en la Red de Carreteras del Estado. Para ello, no se sustituirán las señales, sino que se colocarán unos adhesivos que podrán ser retirados cuando el limite de velocidad vuelva a los 120 kilómetros/hora. El coste de la operación, según datos facilitados por el departamento que dirige José Blanco a Libertad Digital, sería de 250.000 euros.
Para recordar la medida del cambio de velocidad, también se utilizarán los paneles de las autopistas y autovías. Así lo anunció la Directora de Tráfico del Gobierno vasco, una de las comunidades autonómicas con las transferencias de Tráfico transferidas. Asimismo, Amparo López Antelo pidió a los conductores su colaboración para poder llevar adelante las nuevas medidas de regulación y ha recordado que la velocidad a la que se logra el mayor nivel de ahorro energético en las vías principales es de 90 kilómetros/hora.