(Libertad Digital) Los esfuerzos del Ejecutivo por evitar la comparecencia de Conthe en el Congreso se hacen más evidente con el paso de los días. Desde que el presidente del organismo supervisor del mercado bursátil anunció su intención de dimitir después de lo acontecido en la OPA sobre Endesa, los mecanismos del Gobierno comenzaron a funcionar.
Uno de los primeros en pronunciarse fue el presidente de la Comisión de Economía del Congreso, Antonio Gutiérrez, muy conocido por su periodo al frente de la CCOO. Gutiérrez se adelantó diciendo que no tenía previsto modificar el calendario de la Comisión por la decisión de Conthe y que tendría que acudir al Gobierno, que fue quien le nombró, a dar sus explicaciones.
Desde el Grupo Parlamentario Socialista, no tardaron en advertir que Conthe se había "equivocado de ventanilla" y dijeron que sería el propio Consejo de Ministros quien tendría que tomar una decisión sobre la dimisión del presidente de la CNMV y que, en cualquier caso, el Gobierno era el encargado de escuchar sus explicaciones. El revuelo que había levantado esta noticia crecía por momentos en el Parlamento. Los grupos no tardaron en tomar posiciones. Todos, excepto el PSOE, querían escuchar a Conthe.
El Gobierno dijo, en un primer momento, respetar la decisión de Conthe y su pronunciamiento no fue más allá de una promesa de que estudiarían la dimisión en el momento en que Conthe la presentara.
El pasado martes, 10 de abril, en la junta de portavoces del Congreso el PSOE saboreaba la soledad al comprobar cómo e resto de grupos del arco parlamentario se mostraban favorables a escuchar las explicaciones que deseaba dar el presidente de la CNMV. Aún así, estoico, el PSOE dijo tener confianza en encontrar apoyos suficientes para retrasarla todo lo posible. Gutiérrez, desde la Comisión de Economía del Congreso, advertía que no comparecería antes de mayo, cuando acudiría para dar cuenta del informe anual del organismo supervisor. El Gobierno también confía en esta posibilidad.
De momento el único valedor que le quedaba a Conthe en el Ejecutivo, quien le nombró presidente de la CNMV, Pedro Solbes, ha dicho que el Gobierno ha perdido la confianza que tenía puesta en él. Unas palabras aplaudidas por la vicepresidenta De la Vega. El propio Moraleda reconoció hace unos días que el Ejecutivo no descartaba cesarle antes de que pueda dar sus explicaciones en sede parlamentaria. El propio consejo de la CNMV también ha querido coger su vela en este entierro y ha arremetido contra Conthe.
Pues bien, a la luz los últimos acontecimientos, de los antecedentes que tapizan la dimisión de Conthe con la OPA de Endesa como principal sombra y de las declaraciones de unos y otros, Libertad Digital ha rescatado del olvido las promesas que el Partido Socialista dejó por escrito en su programa electoral de 2004, cuando accedió al poder tras los atentados del 11-M.
En dicho programa electoral, concretamente en la página 41, y bajo el epígrafe "La transparencia de la vida pública", los socialistas prometían: "Garantizaremos la neutralidad política y la imparcialidad de los organismos de regulación y control, como la CNMT y la CNMV, renunciando al monopolio gubernamental en el nombramiento de sus miembros directivos y reforzando los mecanismos de control parlamentario directo".
A continuación se reproduce la página 41 del programa electoral del PSOE donde figuran, en el párrafo cuarto tras el epígrafe central, las promesas relativas a la CNMV. PINCHE EN LA IMAGEN PARA AMPLIAR.
Así las cosas, el Gobierno, lejos de renunciar al nombramiento de los miembros directivos, ha recordado, ya en varias ocasiones, que ha sido él quien le ha nombrado. Además, lejos de reforzar los mecanismos de control parlamentario directo, intentan, por activa y por pasiva, evitar o retrasar la comparecencia de Conthe en la sede de la Soberanía Popular.
La garantía que ofrecen de neutralidad e imparcialidad política sobre la CNMV ha quedado en entredicho a juzgar por las declaraciones que este viernes ha hecho el presidente de la CNMV. Conthe ha insinuado que recibió presiones y órdenes al afirmar que "por desgracia la CNMV no puede servir a dos señores", en clara alusión al Gobierno y al mercado. Además, no ha tenido empacho en decir que no le importa no tener la confianza del Gobierno porque, aunque considera que es conveniente, asegura que no es necesaria "cuando la política industrial del Gobierno entra en potencial conflicto con las normas del mercado de valores".