LD (EFE) La Bolsa española, al igual que muchos de los mayores mercados del mundo, ha acabado mayo en máximos históricos, encaramada a los 15.329,40 puntos. No obstante, la Bolsa superó en mayo las subidas de las grandes plazas internacionales, después de que Fráncfort ascendiera el 6,40 por ciento; Nueva York, el 4 por ciento; Londres, el 2,67 por ciento y París, el 2,42 por ciento, mientras Milán perdía el 0,77 por ciento.
La quiebra de la confianza inversora en el "ladrillo" en abril, que había empezado por la inmobiliaria Astroc, dejaba a la bolsa expuesta al comienzo de mes y por debajo de 14.400 puntos. A lo largo de este período, las constructoras e inmobiliarias ejercieron una influencia dispar, ya que su evolución se caracterizó por los continuos altibajos y por su nefasta o favorable influencia sobre el mercado.
En este sector, destacaron los ascensos de Acciona, que ganó un 20,79 por ciento; Sacyr, que mejoró un 10,28 por ciento; ACS, que se revalorizó un 8,81 por ciento, y FCC, que subió un 7,14 por ciento. Las distintas operaciones empresariales conocidas durante este período también influyeron decisivamente en la bolsa, sobre todo las relacionadas con el sector energético y bancario.
La toma de posiciones en el sector energético, ante la previsible concentración del sector, tanto nacional como internacional, elevó considerablemente las cotizaciones de sus empresas. Así, Gas Natural subió un 18,20 por ciento beneficiado por el aumento de la participación en su capital de la francesa Suez, cuyo principal accionista, Albert Frère, adquirió el 5 por ciento de Iberdrola y llevó a la eléctrica a revalorizarse en el mes un 17,53 por ciento.
En cuanto al sector financiero, destacó la oferta de 71.100 millones presentada por Banco Santander, Royal Bank of Scotland y Fortis sobre ABN Amro, en cuyo capital entró el suizo UBS. En este período se conoció la absorción de Capitalia por Unicredito, entidad que también adquirió una participación del Banco Sabadell. Con tanto movimiento en el sector, el primer banco español terminó el mes con un ascenso del 8,26 por ciento, al tiempo que el BBVA ganó el 6,40 por ciento.
Este mes también se ha caracterizado por el asalto de los fondos de capital riesgo a compañías como Altadis o Iberia. Respecto a los datos macroeconómicos, la inflación se contuvo en Estados Unidos -la tasa subyacente se situó en el 2,3 por ciento-, lo que ayudó a aventurar una próxima bajada de los tipos de interés, además de mejorar la actividad en el sector servicios y de conocerse datos favorables del sector inmobiliario.
En cuanto a Europa, con el telón de fondo de la victoria de Nicolas Sarkozy en las presidenciales francesas, la economía germana crecía en el primer trimestre a un ritmo del 3,3 por ciento, mientras seguía mejorando la confianza empresarial e inversora, en tanto que el PIB español aumentaba de enero a marzo el 4,1 por ciento.
Con estas bases, la bolsa pudo sortear algunos inconvenientes notables, como los sobresaltos llegados de China y del Golfo Pérsico. Las maniobras de las autoridades chinas para enfriar su economía y aminorar la especulación bursátil -subida de tipos, revaluación del yuan, incremento del coeficiente de caja y aumento de las tasas por operaciones bursátiles- causaron algún sobresalto bursátil.
Las advertencias de la ONU sobre el aumento de la producción iraní de combustible nuclear y la exhibición de la marina estadounidense frente a las costas iraníes elevaron el precio del petróleo "Brent" a 72 dólares y alentaron el temor a que se declarara una guerra, lo que también afectó al mercado.
En la última sesión del mes, el Ibex-35 consiguió un ascenso del 1,27 por ciento, impulsado por los bancos y, de nuevo, por las empresas energéticas, como el Santander, que ganó el 2,87 por ciento, y Repsol e Iberdrola, que ascendieron casi un 2 por ciento.
La quiebra de la confianza inversora en el "ladrillo" en abril, que había empezado por la inmobiliaria Astroc, dejaba a la bolsa expuesta al comienzo de mes y por debajo de 14.400 puntos. A lo largo de este período, las constructoras e inmobiliarias ejercieron una influencia dispar, ya que su evolución se caracterizó por los continuos altibajos y por su nefasta o favorable influencia sobre el mercado.
En este sector, destacaron los ascensos de Acciona, que ganó un 20,79 por ciento; Sacyr, que mejoró un 10,28 por ciento; ACS, que se revalorizó un 8,81 por ciento, y FCC, que subió un 7,14 por ciento. Las distintas operaciones empresariales conocidas durante este período también influyeron decisivamente en la bolsa, sobre todo las relacionadas con el sector energético y bancario.
La toma de posiciones en el sector energético, ante la previsible concentración del sector, tanto nacional como internacional, elevó considerablemente las cotizaciones de sus empresas. Así, Gas Natural subió un 18,20 por ciento beneficiado por el aumento de la participación en su capital de la francesa Suez, cuyo principal accionista, Albert Frère, adquirió el 5 por ciento de Iberdrola y llevó a la eléctrica a revalorizarse en el mes un 17,53 por ciento.
En cuanto al sector financiero, destacó la oferta de 71.100 millones presentada por Banco Santander, Royal Bank of Scotland y Fortis sobre ABN Amro, en cuyo capital entró el suizo UBS. En este período se conoció la absorción de Capitalia por Unicredito, entidad que también adquirió una participación del Banco Sabadell. Con tanto movimiento en el sector, el primer banco español terminó el mes con un ascenso del 8,26 por ciento, al tiempo que el BBVA ganó el 6,40 por ciento.
Este mes también se ha caracterizado por el asalto de los fondos de capital riesgo a compañías como Altadis o Iberia. Respecto a los datos macroeconómicos, la inflación se contuvo en Estados Unidos -la tasa subyacente se situó en el 2,3 por ciento-, lo que ayudó a aventurar una próxima bajada de los tipos de interés, además de mejorar la actividad en el sector servicios y de conocerse datos favorables del sector inmobiliario.
En cuanto a Europa, con el telón de fondo de la victoria de Nicolas Sarkozy en las presidenciales francesas, la economía germana crecía en el primer trimestre a un ritmo del 3,3 por ciento, mientras seguía mejorando la confianza empresarial e inversora, en tanto que el PIB español aumentaba de enero a marzo el 4,1 por ciento.
Con estas bases, la bolsa pudo sortear algunos inconvenientes notables, como los sobresaltos llegados de China y del Golfo Pérsico. Las maniobras de las autoridades chinas para enfriar su economía y aminorar la especulación bursátil -subida de tipos, revaluación del yuan, incremento del coeficiente de caja y aumento de las tasas por operaciones bursátiles- causaron algún sobresalto bursátil.
Las advertencias de la ONU sobre el aumento de la producción iraní de combustible nuclear y la exhibición de la marina estadounidense frente a las costas iraníes elevaron el precio del petróleo "Brent" a 72 dólares y alentaron el temor a que se declarara una guerra, lo que también afectó al mercado.
En la última sesión del mes, el Ibex-35 consiguió un ascenso del 1,27 por ciento, impulsado por los bancos y, de nuevo, por las empresas energéticas, como el Santander, que ganó el 2,87 por ciento, y Repsol e Iberdrola, que ascendieron casi un 2 por ciento.