(Libertad Digital) El Instituto Juan de Mariana ha presentado su segundo estudio, llamado "Por una sociedad de propietarios", que plantea como una alternativa al Estado de Bienestar. Según el instituto, una sociedad de propietarios sería capaz de "proporcionar una cobertura superior en un entorno de libertad y abundancia crecientes". Considera que es una alternativa "sostenible" y que corrige los efectos que ejerce el Estado de Bienestar aspectos como "el ahorro y la creación de riqueza, la iniciativa individual y empresarial y sobre los mecanismos de verdadera solidaridad".
El objetivo es que cualquier familia alcance la "Independencia financiera", un estado en el que se ha creado un capital suficiente para generar rentas patrimoniales que puedan complementar o sustituir a las laborales. La propuesta consiste en que el conjunto de la población, y no sólo una parte de ella, participe en los beneficios empresariales.
El estudio plantea varios supuestos en los que una familia realiza inversiones a lo largo del tiempo, partiendo de “la rentabilidad media de la Bolsa de Madrid que en las últimas décadas ha estado en torno al 10 por ciento. Si a ello le restamos tres puntos de inflación previsible, la rentabilidad real media rondaría el 7 por ciento”. En un supuesto, un individuo parte de una aportación inicial de 700.000 pesetas anuales (4.200 euros), que se aumentaría anualmente en un 4 por ciento. En 30 años y con un interés real del 7 por ciento acumularía un capital de 102 millones de pesetas (613.000 euros) que le otorgaría una renta de más de siete millones de pesetas anuales (42.900 euros). El estudio considera que “ser independiente económicamente no supone un esfuerzo necesariamente mayor ni tiene por qué ser laborioso, o al menos, no más difícil que formarse para trabajar por cuenta ajena”, y está al alcance de todos.
El estudio propone liberar a las familias de la dependencia del trabajo como única fuente de renta. Una vez liberado de esa atadura, el individuo puede reducir el tiempo que dedica al trabajo, de manera que pueda ampliar el que consagra a otros objetivos diversos como, por ejemplo, el ocio, la adquisición de nuevos conocimientos o la atención a los demás.
Dos obstáculos
El estudio elaborado por el Instituto Juan de Mariana observa dos obstáculos para alcanzar la libertad financiera. Por un lado la falta de cultura financiera. Por ello propone “una actitud financiera inteligente implica enfrentarse a las mismas necesidades de siempre ampliando o cambiando nuestra perspectiva sobre cómo obtenerlas”. Mucha gente toma la Bolsa como una especie de Casino, en el que se compran y venden acciones en una especie de juego de suma cero. El estudio propone una inversión a medio y largo plazo como instrumento ideal para alcanzar la independencia financiera.
El otro obstáculo deriva de la política económica: el exceso de regulaciones y los impuestos elevados y progresivos. Las regulaciones de “la vasta legislación laboral, so pretexto de proteger al empleado”, unidas a “los onerosos pagos a la seguridad social que empresas y empleados soportan”, reducen “los salarios netos de forma muy significativa”. Las barreras que se imponen a la salida del trabajo se convierten en barreras de entrada en el mercado laboral, porque las empresas, en previsión de los futuros costes impuestos por la regulación, reducen su contratación. Los impuestos altos y progresivos penalizan el esfuerzo y la mejora en la situación personal. Cada peldaño que sube una persona en su escala salarial le lleva a tipos medios del impuesto crecientes, lo que desincentiva el progreso profesional, económico y personal. Los costes de esta política fiscal son enormes y es imposible medirlos. Consisten en lo nunca realizado por el empleado porque no le compensa hacer ese esfuerzo extra, y lo nunca realizado por la empresa por los proyectos de producción abandonados.
El estudio Una Sociedad de Propietarios propone reducir las regulaciones laborales y empresariales y sustituirlas por la libre contratación sometida a los principios del derecho privado. Por lo que se refiere a los impuestos, el estudio plantea, como alternativa preferible a la actual situación, una fiscalidad mucho más sencilla: un tipo marginal único, como el que se viene practicando con enorme éxito en muchos países, entre los que destacan algunos países europeos que lograron escapar del comunismo.
El Estado de Bienestar surge con el presupuesto de que la mejora de la situación de los individuos que conviven en la sociedad debe ser responsabilidad del Estado. Las expectativas e inquietudes personales habían de ser resueltas mediante medidas políticas de corte social. La realidad, tras más de un siglo desde su nacimiento, es que, además de los perniciosos efectos de la regulación y la fiscalidad en la movilidad social, los servicios que prometían proveer a sus ciudadanos a cambio están pésimamente gestionados, lo que se une a una calidad mediocre, manifestándose una estampida de la población al sector privado. De esta manera, un mismo servicio se sufraga al menos dos veces (la gestión privada tiende a ser más económica).