L D (EFE) La regla para determinar el nivel de concentración propuesta por el Libro Blanco establece que ningún agente podrá disponer libremente en el mercado mayorista peninsular, en cada periodo temporal que se especifique –punta, llano y valle de invierno, entre otros–, de una capacidad efectiva de producción superior a un porcentaje de la potencia estimada de punta del sistema para el conjunto del año.
Este porcentaje podría variar dependiendo del periodo analizado y, por ejemplo, en los próximos años la capacidad efectiva de producción de cualquier agente en el periodo de punta sería del 22 por ciento de la demanda máxima anual del sistema. La aplicación de esta regla, en las condiciones actuales de mercado, podría afectar a "dos agentes" del mercado, Endesa e Iberdrola, aunque el documento no las cita específicamente, las cuales, siguiendo con el ejemplo, habrían visto reducida su capacidad efectiva en el presente año hasta el 67 y el 70 por ciento de su capacidad efectiva, mientras que el resto de los agentes habrían continuado como ahora y dispondrían del cien por cien de su capacidad.
El documento destaca que la regla propuesta para mitigar el poder empresarial tiene como objetivo poner coto a la "concentración efectiva", ya que limita la capacidad de generación de la que se puede disponer libremente en el mercado y no la capacidad total de generación de la que se es propietario un agente. La capacidad efectiva de cada planta la determinaría la Comisión Nacional de la Energía (CNE), que también fijaría el porcentaje máximo para cada periodo, y se revisaría periódicamente. Para poder cumplir la regla, los agentes podrían usar los contratos virtuales de energía que actuarían como complemento de las subastas virtuales o "como herramienta útil para otorgar un adecuado tratamiento a los activos vinculados al mecanismo de CTC".
Otra posibilidad sería la venta voluntaria de activos por parte de los agentes que presenten mayor concentración. Respecto a los CTC, los expertos proponen reemplazar desde ahora hasta finales de 2010 el actual mecanismo de cobro por diferencias por un contrato financiero por diferencias de precio fijo y cantidad fija para cada agente con derecho a recuperación. La producción con carbón y fuel oil quedaría excluida de las cantidades de energía contratadas y el saldo de la diferencia entre el precio de mercado y el del contrato –36,06 euros por MWh– se aplicaría como una reducción o cargo sobre la tarifa de acceso que pagan todos los consumidores.
A partir del 1 de enero de 2011, este mecanismo se generalizaría, pero ahora con un precio igual a la extrapolación del coste estándar comprometido en el Marco Legal y Estable. El Libro Blanco apuesta por mantener la tarifa integral, que podría eliminarse en un futuro gradualmente y comenzando por los mayores consumidores cuando las condiciones de competencia del mercado lo permitan. En cualquier caso, la metodología de cálculo de tarifas debe reconocer los costes de cada actividad incluida en estas. El organismo encargado de proponer la nueva metodología sería la CNE, que también calcularía la tarifa anualmente para su aprobación por el Gobierno, que introduciría los criterios de gradualidad y circunstanciales que considerase oportunos.
El Libro Blanco también apuesta por mantener el pago por garantía de potencia, pero añadiendo el compromiso de proporcionar la potencia firme asignada a cambio del pago por capacidad –con la introducción de sanciones económicas en caso de incumplimiento– y un procedimiento para asegurar un margen de cobertura de capacidad instalada disponible sobe la demanda, que se utilizaría únicamente si el sistema no pudiera atraer generación suficiente para mantener el margen deseado.
El Ministerio agradeció hoy a Pérez Arriaga y su equipo el trabajo realizado al tiempo que recordó que sus propuestas son de carácter consultivo y deben someterse también al análisis de la CNE y a la consideración del resto de agentes del sistema. Por su parte, las principales compañías eléctricas, Endesa, Iberdrola y Unión Fenosa, señalaron a la agencia Efe que todavía no están en disposición de opinar sobre los contenidos y propuestas del Libro Blanco y que en este momento se encuentran en fase de estudio y análisis de su contenido.
Este porcentaje podría variar dependiendo del periodo analizado y, por ejemplo, en los próximos años la capacidad efectiva de producción de cualquier agente en el periodo de punta sería del 22 por ciento de la demanda máxima anual del sistema. La aplicación de esta regla, en las condiciones actuales de mercado, podría afectar a "dos agentes" del mercado, Endesa e Iberdrola, aunque el documento no las cita específicamente, las cuales, siguiendo con el ejemplo, habrían visto reducida su capacidad efectiva en el presente año hasta el 67 y el 70 por ciento de su capacidad efectiva, mientras que el resto de los agentes habrían continuado como ahora y dispondrían del cien por cien de su capacidad.
El documento destaca que la regla propuesta para mitigar el poder empresarial tiene como objetivo poner coto a la "concentración efectiva", ya que limita la capacidad de generación de la que se puede disponer libremente en el mercado y no la capacidad total de generación de la que se es propietario un agente. La capacidad efectiva de cada planta la determinaría la Comisión Nacional de la Energía (CNE), que también fijaría el porcentaje máximo para cada periodo, y se revisaría periódicamente. Para poder cumplir la regla, los agentes podrían usar los contratos virtuales de energía que actuarían como complemento de las subastas virtuales o "como herramienta útil para otorgar un adecuado tratamiento a los activos vinculados al mecanismo de CTC".
Otra posibilidad sería la venta voluntaria de activos por parte de los agentes que presenten mayor concentración. Respecto a los CTC, los expertos proponen reemplazar desde ahora hasta finales de 2010 el actual mecanismo de cobro por diferencias por un contrato financiero por diferencias de precio fijo y cantidad fija para cada agente con derecho a recuperación. La producción con carbón y fuel oil quedaría excluida de las cantidades de energía contratadas y el saldo de la diferencia entre el precio de mercado y el del contrato –36,06 euros por MWh– se aplicaría como una reducción o cargo sobre la tarifa de acceso que pagan todos los consumidores.
A partir del 1 de enero de 2011, este mecanismo se generalizaría, pero ahora con un precio igual a la extrapolación del coste estándar comprometido en el Marco Legal y Estable. El Libro Blanco apuesta por mantener la tarifa integral, que podría eliminarse en un futuro gradualmente y comenzando por los mayores consumidores cuando las condiciones de competencia del mercado lo permitan. En cualquier caso, la metodología de cálculo de tarifas debe reconocer los costes de cada actividad incluida en estas. El organismo encargado de proponer la nueva metodología sería la CNE, que también calcularía la tarifa anualmente para su aprobación por el Gobierno, que introduciría los criterios de gradualidad y circunstanciales que considerase oportunos.
El Libro Blanco también apuesta por mantener el pago por garantía de potencia, pero añadiendo el compromiso de proporcionar la potencia firme asignada a cambio del pago por capacidad –con la introducción de sanciones económicas en caso de incumplimiento– y un procedimiento para asegurar un margen de cobertura de capacidad instalada disponible sobe la demanda, que se utilizaría únicamente si el sistema no pudiera atraer generación suficiente para mantener el margen deseado.
El Ministerio agradeció hoy a Pérez Arriaga y su equipo el trabajo realizado al tiempo que recordó que sus propuestas son de carácter consultivo y deben someterse también al análisis de la CNE y a la consideración del resto de agentes del sistema. Por su parte, las principales compañías eléctricas, Endesa, Iberdrola y Unión Fenosa, señalaron a la agencia Efe que todavía no están en disposición de opinar sobre los contenidos y propuestas del Libro Blanco y que en este momento se encuentran en fase de estudio y análisis de su contenido.