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"Era morir asfixiados o recurrir al Banco de España"

El obispo de Córdoba se ha pronunciado sobre la intervención de Cajasur, controlada por la Iglesia. Niega que haya en la entidad "agujeros negros" y culpa a Unicaja de la situación. La Iglesia, apunta, ha estado dispuesta a "perderlo todo" por "salvar el empleo".

En la entrevista, publicada por Infocatólica, Monseñor Demetrio Fernández dice que la intervención se produjo "a petición de Cajasur" y no del Banco de España. Sostiene que la entidad "no está en quiebra ni tiene agujeros, está débil pero sana". "Se hacía necesaria la ayuda de otros, y se nos obligaba a fusionarnos con Unicaja". En su opinión, el proceso "se ha diferido hasta casi la asfixia". "Parece que se nos quería llevar a la rendición final sin condiciones", dice.

"Ahora, la ayuda del Banco de España podrá reflotarla, y eso será un bien para Córdoba", continúa monseñor, que defiende en todo momento la gestión al frente de la caja. "Las personas que he conocido al frente de CajaSur me parecen plenamente competentes. No han buscado sus intereses personales", dice de los responsables, a los que define como "de los mejores curas que tiene la diócesis".

Sobre si se mantendrán o no los puestos de trabajo en la caja, dice que espera y pide que sí. "Hemos luchado todos por eso, anteponiendo el empleo a cualquier otro beneficio".

A favor de la intervención del Banco de España han votado los patronos, los impositores y la representación de los trabajadores. A favor de la fusión han votado los políticos. La sociedad cordobesa sabrá valorar dónde se encuentra cada uno. "La Iglesia ha estado dispuesta incluso a perderlo todo, con tal de salvar los puestos de trabajo", afirma.

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