(Libertad Digital) Pese a ser uno de los grandes proyectos medioambientales del Gobierno, sus esfuerzos por cumplir el protocolo de Kioto están resultando en un evidente fracaso, ya que España firmó el compromiso de no aumentar sus emisiones de CO2 para el período 2008-2012 en un 15 por ciento, desde lo registrado en el año 1990. No obstante, según las previsiones del propio Ministerio, España aumentará sus emisiones en un 49 por ciento.
Según esta idea, el desarrollo es mejor estrategia para abordar el calentamiento global que Kioto. El IJM recuerda que "EEUU sigue un modelo para la reducción de emisiones radicalmente opuesto: el Asia-Pacific Partnership on Clean Development and Climate (AP6). Un acuerdo internacional cuyo objetivo es 'fomentar la eficiencia e incrementar la productividad' dentro del libre mercado. Desde 1997 a 2003, las emisiones crecieron en España un 24 por ciento. En EEUU, sin embargo, apenas alcanzaron el 0,007 por ciento".
El coste hasta el momento
Este fracaso en los objetivos del Gobierno tiene, sin embargo, un enorme coste para nuestra economía y nuestro empleo. Tan sólo por lo que se refiere al mercado de derechos de emisión, el protocolo supondrá, según el propio Ministerio de Medio Ambiente, un coste económico directo de 1.953 millones de euros. Una cifra que supera en 4,6 veces lo prometido por la ministra a finales de 2004 (85 millones de euros anuales en el periodo 2008-2012). Así pues, considera el Instituto Juan de Mariana, "Narbona ha mentido a los ciudadanos y a las empresas sujetas al mercado de emisiones". También hace referencia a un informe del International Council for Capital Formation, publicado en noviembre de 2005, que prevé que el cumplimiento efectivo del Protocolo supondría para la economía europea una pérdida del PIB real del 3,1 por ciento anual (cerca de 26.000 millones de euros) en el periodo 2008-2012, sobre lo que se habría producido de no seguir tales medidas. En el caso de España, “las pérdidas de empleos se proyectan en 611.000 hasta 2012”.
Medio Ambiente no rectifica
Lejos de rectificar, el Ministerio de Medio Ambiente "insiste en los errores cometidos y se marca unos objetivos irrealizables que, nuevamente, se verán incumplidos", considera el IJM. Según una nota enviada a los medios, "el Ejecutivo apuesta por introducir la Fiscalidad Verde como eje central de su nueva estrategia: los ciudadanos tendrán que soportar una mayor presión tributaria, afrontando así el coste de la política verde impulsada por Narbona. Pero, además, la intención de gravar los vehículos más contaminantes incentivará la deslocalización industrial del sector automovilístico. Medidas tales como el ahorro y gestión de la demanda energética supondrán una contracción de la actividad económica nacional".
No hay consenso científico
La propuesta de dichas medidas se basa en un análisis científico que ignora la falta de consenso en torno a la medida en que nuestro planeta se está calentando, y especialmente en torno al papel que tiene la actividad humana al respecto. Para demostrar esta falta de consenso, el IJM recoge "la mayor encuesta realizada hasta la fecha sobre cambio climático" en los Estados Unidos, efectuada por el Nacional Registry of Environmental Professionals, un organismo independiente que agrupa a cerca de 12.000 científicos relacionados con el Medio Ambiente. Según dicha encuesta, el 34 por ciento no está de acuerdo con que el calentamiento global sea un problema serio al que se enfrente el planeta; el 41 por ciento no está de acuerdo con la afirmación de que el calentamiento "puede atribuirse, en gran medida, a la actividad humana"; el 33 por ciento no está de acuerdo con que el esfuerzo del Gobierno de los Estados Unidos para reducir el efecto invernadero sea insuficiente; casi la mitad, el 47 por ciento, no está de acuerdo con que acuerdos internacionales como el Protocolo de Kyoto constituya un instrumento eficaz para combatir el calentamiento global.
Hay alternativas
De hecho, el protocolo de Kioto no es más que una opción, pero no la única. El Instituto Juan de Mariana recuerda que "el Gobierno de EEUU ha comprometido cerca de 3.000 millones de dólares anuales a la investigación en tecnologías para el cambio climático, más que cualquier otro país. Esta apuesta por el desarrollo económico y las nuevas tecnologías contrasta con el planteamiento de Kyoto, que es un sistema de racionamiento en el que se fijan unos objetivos de emisión de CO2 y se ordena a sectores enteros que recorten su producción hasta alcanzar dichos objetivos".
De hecho, "los dos planteamientos están llevando a resultados muy distintos, según los datos recordados por la Casa Blanca. Así, en el período 2000 a 2004, las emisiones de CO2 han crecido en los Estados Unidos un 1,7 por ciento, mientras que en Europa, que sí ha ratificado el protocolo de Kyoto, el aumento ha sido de casi el triple: un 5 por ciento".