El presidente del Banco Central de Argentina, Martín Redrado, renunció el viernes a su cargo en medio de un duro conflicto entre el Gobierno y la entidad ante la intención de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de utilizar parte de las reservas de la autoridad monetaria para pagar deuda soberana. Sin embargo, al conocer la dimisión, el jefe de Gabinete Aníbal Fernández anunció que el Gobierno no aceptará su renuncia hasta que se haga pública la resolución del Congreso que analiza la situación, según recoge el diario 'Clarín'
Redrado, que se opuso firmemente al denominado Fondo Bicentenario, anunció la dimisión en una conferencia de prensa, aunque el funcionario estaba alejado de la dirección formal del Banco Central desde el domingo, cuando la Policía le impidió acceder a su despacho. El hasta ahora vicepresidente de la entidad, Miguel Pesce, ocupa la presidencia transitoriamente desde el domingo.
Durante la rueda de prensa, Redrado acusó al Gobierno de "querer llevarse por delante las reservas de los argentinos" y dijo que el Ejecutivo "avasalló" a las instituciones y al Congreso al obligarlo a renunciar.
"No se le acepta la renuncia porque está el mecanismo en pleno funcionamiento", dijo Aníbal Fernández en declaraciones a Canal 13 recogidas por 'Clarín', y explicó que "el martes, una vez que se expida la comisión, la presidenta tomará la decisión que tenga que tomar".
Redrado fue desplazado de su cargo al frente del Banco Central mediante un decreto de Fernández de Kirchner, pero después un tribunal de Buenos Aires ordenó su restitución y señaló que el Congreso debería decidir la situación del funcionario.
La presidenta había ordenado transferir 6.569 millones de dólares (4.663 millones de euros) de las reservas para el Fondo Bicentenario, destinado a pagar deuda soberana, en momentos en que el país enfrenta dificultades financieras y prepara un millonario canje de deuda incumplida. La justicia mantiene aún bloqueado el traspaso de reservas al Gobierno por parte del Banco Central.