Tras este recorte, el salario de Brian Cowen, el primer ministro, será de 214.000 euros. Brian Lenihan aseguró que las decisiones sobre el gasto público y los impuestos de su Gobierno han "estabilizado" las cuentas públicas y ahora prevé un ligero crecimiento económico para el próximo año. Lenihan efectuó esas declaraciones en la presentación en el Parlamento de Dublín de los presupuestos generales para 2011, cuyo objetivo es ahorrar unos 6.000 millones de euros mediante recortes en los servicios sociales y subidas de los impuestos, entre otras medidas.
"Vivimos tiempos excepcionales", advirtió el ministro al confirmar que las pensiones de funcionarios públicos que superen los 12.000 euros anuales también se reducirán un 4 por ciento. Las cuentas públicas para el próximo año son la primera fase del plan de austeridad cuatrienal irlandés, cuyo objetivo es reducir su déficit público hasta el 3 por ciento del producto interior bruto (PIB) en 2014 con ajustes por un valor de 15.000 millones de euros.
El Ejecutivo confía en reducir su gasto público durante el próximo año en 4.500 millones de euros e ingresar a través de una profunda reforma fiscal unos 1.500 millones de euros. De su aprobación depende en gran medida que el Ejecutivo de Dublín pueda acceder al plan de rescate financiero de la Unión Europea (UE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI) de 67.500 millones de euros.
Según Lenihan, el PIB crecerá ligeramente en 2011, hasta lograr una media anual del 2,75 por ciento entre ese año y 2014, cuando el déficit público se reducirá al 3% del PIB. Lenihan recordó que Irlanda se ha visto obligada a aceptar el rescate financiero de la UE y del FMI para romper el "círculo vicioso" que amenazaba a su economía y su banca.
"Sin este apoyo, habría habido fuertes dudas sobre la capacidad del Estado para acceder a fondos a un coste razonable para financiar servicios públicos clave y mantener un sistema bancario saludable. Esa es la realidad".
Las medidas
Respecto a los impuestos sobre la renta, el Gobierno ha decidido ampliar la base fiscal, ya que, hasta la fecha, el 45 por ciento de la fuerza laboral no paga impuestos porque su salario anual no sobrepasa 18.300 euros, con lo que se espera que el 60 por ciento de los trabajadores contribuya con sus impuestos. El nuevo salario mínimo interprofesional se fijará en 7,65 euros por hora trabajada, un euro menos que hasta ahora.
La mayoría de los subsidios de desempleo y otras ayudas sociales se reducirán en un 4 por ciento y, aunque las pensiones públicas no se modificarán, se eliminarán algunas de sus exenciones fiscales. Además, aumentarán los precios de la gasolina y el gasóleo cuatro y dos céntimos respectivamente aunque el Gobierno decidió en el último momento congelar los del tabaco y el alcohol.