(Libertad Digital) Hace un año, el Partido Socialista llevó al Parlamento español una propuesta de sus socios de Gobierno ERC e Izquierda Unida. Se trata de la creación de una renta básica para cualquier ciudadano, que se le concedería a condición de que no esté trabajando o no reciba otro tipo de ayudas públicas.
La propuesta entiende que la renta básica no puede ser inferior al umbral de la pobreza en cada comunidad autónoma. Su importe se fijará por un período de cinco años, durante los cuales se irá actualizando en función de la evolución del IPC. Cuando se hizo la propuesta al Parlamento español, ello suponía un pago mensual de 300 euros “por el mero hecho de ser ciudadanos”, la nueva propuesta hecha al Parlamento Europeo prevé una paga de 421 euros al mes, que resulta de la actualización teniendo en cuenta el salario medio europeo.
El coste de la medida (para 300 euros al mes) supondría el 10 por ciento del PIB nacional, unos 100.000 millones de euros al año. Por ese motivo, incluso sus principales promotores, ERC e Izquierda Unida, han reconocido que la renta básica sólo se podría imponer “por fases”. La propuesta parte de Asociación Renta Ciudadana (Arenci).