LD (EFE) Así se desprende del estudio sobre tendencias de precios del Instituto de Práctica Empresarial (IPE), que recoge la opinión de más de 260 profesionales del sector inmobiliario, de los que más de un tercio son promotores.
En términos generales, los encuestados calculan que los precios del suelo caerán este año una media del 5,33 por ciento, mientras que los costes de construcción seguirán creciendo más del doble del IPC (entorno al 8,58 por ciento).
El profesor José Antonio Pérez, coordinador del estudio, explicó que el comportamiento de los precios finales de la vivienda es muy rígido, por lo que no suelen caer, a pesar de que el sector esté en crisis.
A su juicio, el mercado inmobiliario español está experimentando un cambio de ciclo, que en los últimos seis meses se ha traducido en un incremento de hasta el 91 por ciento del tiempo que tarda en venderse una vivienda nueva y de un aumento del 89 por ciento del "stock" de vivienda nueva acabada (el 83 por ciento en el caso de la usada).
El IPE calcula que el pasado año cerró con una caída del 5 por ciento de las operaciones de compraventa, tanto de vivienda nueva como usada, al registrarse 1.860.903 operaciones en 2007 frente a las 1.961.130 de 2006.
Pérez considera que si el ritmo de ventas no mejora en el primer trimestre de 2008, al final del mismo habrá un "stock" acumulado de alrededor de 500.000 viviendas nuevas pendientes de venta (1.000.000 si se suman las de segunda mano).
En la situación actual, con la demanda estancada y la crisis de liquidez en los mercados financieros, que los promotores decidieran bajar los precios no serviría de mucho, ya que -según explicó- en el mercado de la vivienda cuando el precio baja, la decisión de compra se aplaza ante la expectativa de que puedan descender todavía más.
En su opinión, la reactivación de las ventas de vivienda pasa por la mejora de las condiciones financieras para acceder a ella, algo que en buena medida dependerá de las propias promotoras, que tendrán que especializarse en "marketing financiero", como ya hacen algunas empresas que están ofreciendo descuentos en las cuotas del pago de la hipoteca durante periodos de hasta cinco años.
Algunos promotores están reaccionando a la caída de ventas con un descenso de la actividad, una solución que para Pérez no es la más adecuada, teniendo en cuenta el efecto multiplicador que tiene la construcción sobre el conjunto de la economía.
Pérez cree las administraciones públicas han tardado demasiado en reconocer que el ajuste del mercado residencial acarreará una destrucción de empleo, que podría haberse neutralizado destinando "20.000 millones extra" a la promoción de infraestructuras y obra civil.
Así las cosas, el IPE estima que 2007 ha cerrado con una cifra récord de viviendas terminadas, cerca de 620.000, el 5,3 por ciento más que en 2006, año que marcó un máximo histórico en número de proyectos visados (más de 900.000 frente a los 711.209 estimados para 2007) y de viviendas iniciadas (733.389 frente a 622.884 estimadas para 2007).
Para el profesor Pérez, que el número de proyectos visados e iniciados llegue a ser inferior al de las viviendas acabadas, sería una señal de recesión para el sector.
En términos generales, los encuestados calculan que los precios del suelo caerán este año una media del 5,33 por ciento, mientras que los costes de construcción seguirán creciendo más del doble del IPC (entorno al 8,58 por ciento).
El profesor José Antonio Pérez, coordinador del estudio, explicó que el comportamiento de los precios finales de la vivienda es muy rígido, por lo que no suelen caer, a pesar de que el sector esté en crisis.
A su juicio, el mercado inmobiliario español está experimentando un cambio de ciclo, que en los últimos seis meses se ha traducido en un incremento de hasta el 91 por ciento del tiempo que tarda en venderse una vivienda nueva y de un aumento del 89 por ciento del "stock" de vivienda nueva acabada (el 83 por ciento en el caso de la usada).
El IPE calcula que el pasado año cerró con una caída del 5 por ciento de las operaciones de compraventa, tanto de vivienda nueva como usada, al registrarse 1.860.903 operaciones en 2007 frente a las 1.961.130 de 2006.
Pérez considera que si el ritmo de ventas no mejora en el primer trimestre de 2008, al final del mismo habrá un "stock" acumulado de alrededor de 500.000 viviendas nuevas pendientes de venta (1.000.000 si se suman las de segunda mano).
En la situación actual, con la demanda estancada y la crisis de liquidez en los mercados financieros, que los promotores decidieran bajar los precios no serviría de mucho, ya que -según explicó- en el mercado de la vivienda cuando el precio baja, la decisión de compra se aplaza ante la expectativa de que puedan descender todavía más.
En su opinión, la reactivación de las ventas de vivienda pasa por la mejora de las condiciones financieras para acceder a ella, algo que en buena medida dependerá de las propias promotoras, que tendrán que especializarse en "marketing financiero", como ya hacen algunas empresas que están ofreciendo descuentos en las cuotas del pago de la hipoteca durante periodos de hasta cinco años.
Algunos promotores están reaccionando a la caída de ventas con un descenso de la actividad, una solución que para Pérez no es la más adecuada, teniendo en cuenta el efecto multiplicador que tiene la construcción sobre el conjunto de la economía.
Pérez cree las administraciones públicas han tardado demasiado en reconocer que el ajuste del mercado residencial acarreará una destrucción de empleo, que podría haberse neutralizado destinando "20.000 millones extra" a la promoción de infraestructuras y obra civil.
Así las cosas, el IPE estima que 2007 ha cerrado con una cifra récord de viviendas terminadas, cerca de 620.000, el 5,3 por ciento más que en 2006, año que marcó un máximo histórico en número de proyectos visados (más de 900.000 frente a los 711.209 estimados para 2007) y de viviendas iniciadas (733.389 frente a 622.884 estimadas para 2007).
Para el profesor Pérez, que el número de proyectos visados e iniciados llegue a ser inferior al de las viviendas acabadas, sería una señal de recesión para el sector.