LD (EFE) El Estado logró este superávit gracias a unos ingresos por valor de 151.812 millones de euros, el 11,4 por ciento más que en los once primeros meses de 2006, frente a unos pagos de 125.977 millones, el 8 por ciento más, según los datos facilitados por el secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, Carlos Ocaña.
En términos de caja –que computa los ingresos y pagos cuando se efectúan y no cuando se comprometen, como hace la contabilidad nacional–, el Estado registró un superávit de 24.104 millones de euros de enero a noviembre, el 41,2 por ciento más que un año antes, debido a la buena evolución de la recaudación por impuestos.
Ocaña subrayó "la situación fuerte y la evolución positiva de las cuentas públicas", y auguró para final de año un "fuerte" superávit de todas las Administraciones –"por diseño y no por casualidad"– similar al de 2006, cuando alcanzó el 1,83 por ciento.
En cuanto a los ingresos no financieros, que aportan datos tanto del Estado como de las entregas a cuenta de las Administraciones Territoriales, la recaudación neta ascendió a 198.648 millones de euros, el 11,7 por ciento más que en el mismo periodo de 2006.
Los impuestos directos se elevaron hasta los 112.073 millones, el 18,2 por ciento más, con un crecimiento del IRPF del 16,4 por ciento y del Impuesto sobre Sociedades del 19,7 por ciento.
Ocaña informó de que el Estado abonó hasta noviembre 351 millones de euros por el denominado cheque-bebé, de los que 329 millones corresponden a deducciones por el IRPF y 22 millones a prestaciones no contributivas de la Seguridad Social, con un total de 140.000 beneficiarios.
Asimismo, los ingresos por impuestos indirectos alcanzaron los 74.361 millones, el 2,7 por ciento más, con una recaudación por IVA de 53.271 millones, el 1,2 por ciento más que en los once primeros meses del año anterior, debido al intenso ritmo de las devoluciones.
Además, los impuestos especiales alcanzaron los 18.135 millones, lo que supone un incremento del 6,7 por ciento, con una recaudación del Impuesto sobre Hidrocarburos que creció el 2,8 por ciento, mientras que la del Impuesto sobre las Labores del Tabaco aumentó el 13,9 por ciento, como consecuencia, según Ocaña, "no de un mayor consumo, sino de que los precios son más altos".
En términos de caja –que computa los ingresos y pagos cuando se efectúan y no cuando se comprometen, como hace la contabilidad nacional–, el Estado registró un superávit de 24.104 millones de euros de enero a noviembre, el 41,2 por ciento más que un año antes, debido a la buena evolución de la recaudación por impuestos.
Ocaña subrayó "la situación fuerte y la evolución positiva de las cuentas públicas", y auguró para final de año un "fuerte" superávit de todas las Administraciones –"por diseño y no por casualidad"– similar al de 2006, cuando alcanzó el 1,83 por ciento.
En cuanto a los ingresos no financieros, que aportan datos tanto del Estado como de las entregas a cuenta de las Administraciones Territoriales, la recaudación neta ascendió a 198.648 millones de euros, el 11,7 por ciento más que en el mismo periodo de 2006.
Los impuestos directos se elevaron hasta los 112.073 millones, el 18,2 por ciento más, con un crecimiento del IRPF del 16,4 por ciento y del Impuesto sobre Sociedades del 19,7 por ciento.
Ocaña informó de que el Estado abonó hasta noviembre 351 millones de euros por el denominado cheque-bebé, de los que 329 millones corresponden a deducciones por el IRPF y 22 millones a prestaciones no contributivas de la Seguridad Social, con un total de 140.000 beneficiarios.
Asimismo, los ingresos por impuestos indirectos alcanzaron los 74.361 millones, el 2,7 por ciento más, con una recaudación por IVA de 53.271 millones, el 1,2 por ciento más que en los once primeros meses del año anterior, debido al intenso ritmo de las devoluciones.
Además, los impuestos especiales alcanzaron los 18.135 millones, lo que supone un incremento del 6,7 por ciento, con una recaudación del Impuesto sobre Hidrocarburos que creció el 2,8 por ciento, mientras que la del Impuesto sobre las Labores del Tabaco aumentó el 13,9 por ciento, como consecuencia, según Ocaña, "no de un mayor consumo, sino de que los precios son más altos".