En la mesa de mus se sentaban los sindicatos, en frente, su compañero el gobierno y a los lados la oposición y los medios.
Cuando llevan toda la partida jugando al tran-tran, de repente se levantan y se tiran un órdago a grande con caballo, sota, 4, 5 (todos de bastos, por supuesto) y su compañero no le pone nada más que un rey.
Como dice D. César han quedado como Rufete en Lorca.
En la otra pareja la reacción ha sido que uno cuenta los amarracos y piensa en los pocos juegos que le quedan para ganar la "vaca" y los otros se ríen a carcajadas por el poco juicio des que se ha echado el órdago, con tan pocas cartas.
Volvemos a repartir.
No estoy de acuerdo con devolver al bosque a Yogui y Bubú. Sería un peligro porque podrían volver. Lo mejor es recluirlos en un zoológico porque estarían mejor vigilados "tras una reja".
El parque se llama Yellowstone.