LD (Ana Díaz) El Ministerio de Economía reconoce que la crisis ha provocado una importante caída de los ingresos del Estado en lo que va de año, mientras que la factura del petróleo está aumentando cada vez más los gastos. Según los datos del propio Gobierno, en los primeros cuatro meses del año el superávit se ha reducido más de la mitad, hasta quedarse en el 0,8 por ciento del PIB. Aunque el secretario de Estado reconocía que la crisis impedirá cumplir las previsiones de Solbes, el presidente Zapatero no ha tenido empacho en anunciar públicamente que habrá un ligero superávit.
Para el encargado de asuntos económicos de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), Fernando Navarrete, con los últimos datos presupuestarios facilitados por el Ministerio de Economía, y un PIB, que según los indicadores económicos estará más cerca del 1,3 por ciento que del 2,3 por ciento que prevé el vicepresidente Solbes, el déficit del Estado estará en torno al 0,2 por ciento del PIB a final de año. Es decir, cerca de 2.000 millones de euros.
Los ingresos por IVA caen un 15 por ciento interanual
Aunque Navarrete afirma que en un cambio de ciclo es muy complicado hacer estimaciones, el hecho de que los ingresos por IVA hayan caído en los últimos doce meses –en términos de caja– casi un 15 por ciento, es muy llamativo, ya que se trata del impuesto más vinculado a la actividad económica, y su caída a tasas "dramáticamente" negativas indica que algo está pasando. A juicio del responsable de Economía de FAES, estos datos demuestran que "o el Gobierno nos está engañando o les ha sorprendido" el cambio de ciclo. El problema es que "han estado confundiendo no sólo las cifras, sino la dirección".
En lo que respecta al conjunto de las Administraciones Públicas, el vicepresidente Solbes espera que haya superávit los próximos tres años, gracias a la Seguridad Social. Sin embargo, el Gobierno parece no tener en cuenta que el crecimiento de la afiliación a la Seguridad Social es el menor desde la crisis de 1993 y el paro ha registrado en el primer trimestre del año el mayor aumento trimestral desde entonces. Aunque no se puede comparar la economía española de ahora con la de 1993, este dato indica que no se pueden esperar demasiadas alegrías del balance de la Seguridad Social.
Aún más preocupante si cabe es el espectacular aumento del déficit comercial, que refleja los intercambios con el exterior. La agencia Standard&Poor´s (S&P) ha advertido ya de que España se encamina a una "severa corrección", con crecimientos inferiores al 2 por ciento, debido a un "enorme agujero" por este abultado déficit, que está entorno al 11 por ciento del PIB, el doble que en EEUU. Para esta prestigiosa agencia, "el déficit de España es resultado de la decreciente competitividad por los costes y, en mayor grado, por el incremento de la dependencia de importaciones a medida que la economía española crecía por encima de su potencial".
Escasa competitividad
De seguir así, este déficit –producto de la excesiva rigidez de la economía española– terminará por lastrar al sector público y se llevará por delante a varios sectores, mientras el Gobierno no hace nada. Según FAES, esto indica que "el ajuste económico será vía desaparición de empresas".