LD (Agencias) Las autoridades británicas plantean esta alternativa al considerar que existen problemas de competencia en los aeropuertos propiedad de BAA, lo que se traduce en "efectos adversos" para los pasajeros y las aerolíneas.
Concretamente, la Comisión de la Competencia británica propone la venta de dos de los tres aeropuertos de Londres y también el de Edimburgo o Glasgow.
La decisión, destinada a romper la situación de casi monopolio que tiene en el país, se convertirá en vinculante en marzo de 2009 si no hay cambios durante un periodo de alegaciones de las distintas partes que durará hasta diciembre.
La noticia no sorprende ni al sector ni a la propia BAA, ya que su presidente, Nigel Rudd, asumió hace unos días la eventual venta y declaró que tener que deshacerse de alguno de sus aeropuertos no era un "desastre" para la empresa, ya que varias compañías han mostrado interés por estos activos.
La noticia no sorprende ni al sector ni a la propia BAA, ya que su presidente, Nigel Rudd, asumió hace unos días la eventual venta y declaró que tener que deshacerse de alguno de sus aeropuertos no era un "desastre" para la empresa, ya que varias compañías han mostrado interés por estos activos.
Problemas de competencia
La propiedad común de los aeropuertos de Edimburgo y Glasgow, y la de los tres aeropuertos de Londres impide la competencia entre ellos, dictamina el regulador, que indica que la venta de algunos activos aumentará los incentivos para invertir en ellos.
La CC reconoce, sin embargo, que la venta no va a resolver, "al menos a corto plazo", los problemas de competencia debido a las actuales limitaciones de capacidad, por lo que recomienda al Gobierno que los tres aeropuertos londinenses sigan sometidos de momento a regulación.
Este argumento ha sido siempre empleado tanto por Ferrovial como por BAA, que aseguran que la simple venta de aeropuertos no va a mejorar la competencia debido a que los tres aeropuertos londinenses operan ya al límite de su capacidad.
En su dictamen, la Comisión replica que "a menos que el mercado se abra a la competencia" existe un "gran riesgo" de que persistan las actuales limitaciones de capacidad y de que éstas duren mucho más que en un mercado eficiente.
El regulador dice ser consciente de que la capacidad no podrá aumentar en Stansted hasta 2015 y en Heathrow antes de 2020, y admite que la política de planificación del Gobierno no ha contribuido a paliar la situación, aunque critica también que BAA no haya hecho una mayor presión antes.
La CC reconoce que el actual sistema de regulación de los aeropuertos debe mejorarse y recomienda al Gobierno –en este asunto el dictamen no es vinculante– que estudie un nuevo marco regulador, sin que sea demasiado "intervencionista".
La propiedad común de los aeropuertos de Edimburgo y Glasgow, y la de los tres aeropuertos de Londres impide la competencia entre ellos, dictamina el regulador, que indica que la venta de algunos activos aumentará los incentivos para invertir en ellos.
La CC reconoce, sin embargo, que la venta no va a resolver, "al menos a corto plazo", los problemas de competencia debido a las actuales limitaciones de capacidad, por lo que recomienda al Gobierno que los tres aeropuertos londinenses sigan sometidos de momento a regulación.
Este argumento ha sido siempre empleado tanto por Ferrovial como por BAA, que aseguran que la simple venta de aeropuertos no va a mejorar la competencia debido a que los tres aeropuertos londinenses operan ya al límite de su capacidad.
En su dictamen, la Comisión replica que "a menos que el mercado se abra a la competencia" existe un "gran riesgo" de que persistan las actuales limitaciones de capacidad y de que éstas duren mucho más que en un mercado eficiente.
El regulador dice ser consciente de que la capacidad no podrá aumentar en Stansted hasta 2015 y en Heathrow antes de 2020, y admite que la política de planificación del Gobierno no ha contribuido a paliar la situación, aunque critica también que BAA no haya hecho una mayor presión antes.
La CC reconoce que el actual sistema de regulación de los aeropuertos debe mejorarse y recomienda al Gobierno –en este asunto el dictamen no es vinculante– que estudie un nuevo marco regulador, sin que sea demasiado "intervencionista".