L D (EFE) Presidido por Umberto Agnelli, el Consejo estudió los resultados preliminares del año pasado, en los que se produjo una mejora en comparación con el precedente, que marcó un punto de inflexión negativo en el grupo turinés.
El endeudamiento de Fiat en 2003 ha mejorado, ya que en diciembre pasado ha quedado fijado en unos 3.000 millones de euros, frente a los 3.800 millones que acumulaba doce meses antes.
La facturación fue de 47.300 millones de euros, con una caída del quince por ciento, debido sobre todo a la depreciación del dólar respecto al euro y a la marcha negativa de algunos mercados en los que está presente la marca. Otro de los datos preliminares conocido hoy es que el resultado antes de impuestos en 2003 es negativo por valor de 1.300 millones de euros, en reducción respecto a los 4.800 millones de "números rojos" del ejercicio anterior. En esta mejora ha influido el buen comportamiento que han tenido algunas participaciones accionariales del Grupo Fiat en empresas variadas, la bajada de los gastos operativos y las plusvalías por la venta de algunos de sus activos, como la de Fiat Avio (del sector aeronáutico), que permitió el ingreso de 1.258 millones de euros.
La liquidez del grupo ha pasado de cinco mil a siete mil millones de euros, según la nota del Consejo de Administración, que ha tomado nota de que 2003 fue "un año de transición, difícil y comprometido" en el que ha cambiado su dirección, con la llegada el 28 de febrero pasado de Agnelli como presidente y Giuseppe Morchio como consejero delegado. En junio pasado, Fiat presentó un plan de reestructuración y relanzamiento para salir de la crisis que incluye la eliminación de 12.300 empleos y una ampliación de capital por valor de 1.842 millones de euros, así como la inversión de 19.500 millones de euros en un período hasta 2006. La confianza de la dirección respecto al futuro quedó hoy de manifiesto en la comparecencia ante la prensa de Agnelli y Morchio, quien dijo que en 2004 espera un resultado equilibrado de todo el grupo y beneficios al año siguiente, aunque el sector de turismos no conseguirá cifras positivas hasta 2006.
Para apoyar su optimismo cauto, los dirigentes dieron los datos del último trimestre del año pasado, en el que se advierte una mejora en varias áreas, como el resultado neto de explotación (EBIT) del grupo, que fue positivo por valor de 142 millones de euros. Un año más, el principal lastre financiero de todo el grupo fue Fiat Auto, el sector de automóviles de turismo, que vendió en todo el mundo 1,7 millones de unidades, un 8,8 por ciento menos que en el 2002. La facturación de este área ha sido de 20.010 millones (-9,6%), con unas pérdidas de 979 millones, lo que supone una reducción, ya que en el ejercicio precedente este sector había registrado una cifra negativa por valor de 1.343 millones. Por contra, consiguieron beneficios los sectores de vehículos agrícolas y de construcción (229 millones de euros), los industriales (81 millones) y las firmas Ferrari y Maseratri (32 millones).
El endeudamiento de Fiat en 2003 ha mejorado, ya que en diciembre pasado ha quedado fijado en unos 3.000 millones de euros, frente a los 3.800 millones que acumulaba doce meses antes.
La facturación fue de 47.300 millones de euros, con una caída del quince por ciento, debido sobre todo a la depreciación del dólar respecto al euro y a la marcha negativa de algunos mercados en los que está presente la marca. Otro de los datos preliminares conocido hoy es que el resultado antes de impuestos en 2003 es negativo por valor de 1.300 millones de euros, en reducción respecto a los 4.800 millones de "números rojos" del ejercicio anterior. En esta mejora ha influido el buen comportamiento que han tenido algunas participaciones accionariales del Grupo Fiat en empresas variadas, la bajada de los gastos operativos y las plusvalías por la venta de algunos de sus activos, como la de Fiat Avio (del sector aeronáutico), que permitió el ingreso de 1.258 millones de euros.
La liquidez del grupo ha pasado de cinco mil a siete mil millones de euros, según la nota del Consejo de Administración, que ha tomado nota de que 2003 fue "un año de transición, difícil y comprometido" en el que ha cambiado su dirección, con la llegada el 28 de febrero pasado de Agnelli como presidente y Giuseppe Morchio como consejero delegado. En junio pasado, Fiat presentó un plan de reestructuración y relanzamiento para salir de la crisis que incluye la eliminación de 12.300 empleos y una ampliación de capital por valor de 1.842 millones de euros, así como la inversión de 19.500 millones de euros en un período hasta 2006. La confianza de la dirección respecto al futuro quedó hoy de manifiesto en la comparecencia ante la prensa de Agnelli y Morchio, quien dijo que en 2004 espera un resultado equilibrado de todo el grupo y beneficios al año siguiente, aunque el sector de turismos no conseguirá cifras positivas hasta 2006.
Para apoyar su optimismo cauto, los dirigentes dieron los datos del último trimestre del año pasado, en el que se advierte una mejora en varias áreas, como el resultado neto de explotación (EBIT) del grupo, que fue positivo por valor de 142 millones de euros. Un año más, el principal lastre financiero de todo el grupo fue Fiat Auto, el sector de automóviles de turismo, que vendió en todo el mundo 1,7 millones de unidades, un 8,8 por ciento menos que en el 2002. La facturación de este área ha sido de 20.010 millones (-9,6%), con unas pérdidas de 979 millones, lo que supone una reducción, ya que en el ejercicio precedente este sector había registrado una cifra negativa por valor de 1.343 millones. Por contra, consiguieron beneficios los sectores de vehículos agrícolas y de construcción (229 millones de euros), los industriales (81 millones) y las firmas Ferrari y Maseratri (32 millones).