El fabricante de automóviles estadounidense lamenta no haber completado el traspaso de Saab a Spyker, operación que necesitaba una "solución rápida", y asegura que el cierre de Saab no afectará a los planes para vender la propiedad intelectual de su tecnología a la china Beijing Automotive Industry Holding (BAIC), según informa Reuters.
"Esto no es una bancarrota o un proceso de liquidación forzosa. En consecuencia, esperamos que Saab satisfaga sus deudas, incluido el pago a proveedores, y reduzca su producción y su canal de distribución en un proceso ordenado mientras vela por nuestros clientes", explica General Motors en un comunicado.
Los clientes de Saab no deben preocuparse por ahora. El fabricante sueco asegura que "cumplirá con sus garantías" en todo el mundo, incluidos el servicio al cliente y el suministro de piezas de repuesto.
"A pesar de los grandes esfuerzos de todos los implicados, ha estado claro que la diligencia requirida para completar esta compleja transacción no puede ser ser ejecutada en un tiempo razonable. Para poder mantener sus operaciones, Saab necesitaba una resolución rápida", explica el fabricante de Detroit en un comunicado.
Cuando General Motors puso a la venta Saab a principios de año, garantizó su actividad sólo hasta final de año. El primer acuerdo para la venta del fabricante sueco fue pactado en julio con el fabricante de deportivos Koenigsegg, aunque este rompió unilateralmente su acuerdo en noviembre por "no estar en condiciones de culminar la adquisición". Después surgió el fallido interés de Spyker Cars.
A pesar del cierre de Saab, la automotriz china BAIC tendrá acceso a tecnología de los modelos 9-5 y 9-3 de Saab.