En 1954, su cuota de mercado en Estados Unidos había alcanzado su punto álgido, 54 por ciento , y había producido el vehículo número 50 millones. Millones de familias en todo el país dependían económicamente de General Motors.
La ligazón entre GM y el país era tal que en 1953 el entonces presidente estadounidense, D wight Eisenhower , nombró al presidente de General Motors, Charles E. Wilson , secretario de Defensa. Según la biografía oficial del Departamento de Defensa, durante su proceso de confirmación en el Senado, Wilson asoció el futuro de Estados Unidos y General Motors.
Preguntado si como secretario de Defensa podría tomar decisiones contrarias a los intereses de su compañía, Wilson dijo que sí, "porque durante años pensé que lo que era bueno para el país era bueno para General Motors, y viceversa". Durante décadas, la declaración de Wilson pareció irrefutable.
La empresa había sido fundada en 1908 por William Durant y en sus primeros años de existencia engulló otros fabricantes como Buick, Oldsmobile, Cadillac y GMC. Pero la empresa realmente no despegó hasta que en 1923 Alfred Sloan fue nombrado presidente y consejero delegado.
Un gigante con pies de barro
Sloan disparó la cuota de mercado del 12 por ciento al 41 por ciento en 1941 y expandió internacionalmente la compañía estadounidense con la compra de la británica Vauxhall en 1925 y la alemana Adam Opel en 1929. Cincuenta años después, a principios de los años 1980, General Motors se había convertido en un gigante descomunal, con más de 600.000 empleados en Estados Unidos y otros 250.000 en el resto del mundo.
Pero la compañía que era demasiado grande para caer y que definía lo que era bueno para Estados Unidos empezó a languidecer tan pronto como alcanzó su cima. Sus ingresos se duplicaron en siete años y pasaron de 62.700 millones de dólares en 1981 a 123.600 millones de dólares en 1988. El fabricante de automóviles se había diversificado para producir desde autobuses hasta satélites y equipos militares.
Cuando Rick Wagoner llegó a la presidencia de GM en el 2000, la suerte del coloso industrial estaba prácticamente decidida gracias al ascenso de los fabricantes asiáticos y la incapacidad del sector del automóvil estadounidense para cambiar. A principios del siglo XXI General Motors estaba compuesto por un listado impresionante de marcas: Buick, Oldsmobile, Cadillac, GMC, Chevrolet, Vauxhall, Opel, Saab, Saturn, Daewoo y Hummer.
A pesar de todas estos nombres, GM llegó al siglo XXI dependiendo de que los consumidores estadounidenses seguirían comprando eternamente los grandes todoterrenos de los años 1990 y sin estrategia de cambio. Mientras, Toyota, Honda y Nissan se asentaron en Estados Unidos y le robaron día a día cuota de mercado, dejando al descubierto todos los puntos débiles del gigante.
El ascenso de los precios del petróleo y la crisis económica del 2008 fueron la puntilla final. Los compradores estadounidenses desaparecieron de los concesionarios y las ventas se desplomaron. Del 2006 y al 2008, sus pérdidas sumaron la increíble cifra de 90.000 millones de dólares y el castillo de naipes en que se había convertido el representante del antiguo capitalismo estadounidense cayó con inusitada velocidad 100 años y 8 meses después de su creación.
La empresa que representó el sueño americano se ha convertido en la imagen de la pesadilla del país. Tras más de 100 años de historia y uno de los pilares de la industria estadounidense, GM se declarará este lunes en bancarrota, en lo que supone la mayor quiebra de una firma manufacturera en EE.UU.
En términos generales, General Motors -con unos activos declarados de 91.000 millones de dólares y una deuda de 176.400 millones- será la tercera mayor bancarrota de la historia de EEUU, por detrás de los bancos Lehman Brothers y a la empresa de telecomunicaciones WorldCom.
General Motors se une así a Chrysler , que se declaró en quiebra el pasado 30 de abril en Nueva York, con unos activos de 39.000 millones de dólares. Esta es una relación de las mayores quiebras que se han producido en Estados Unidos, ordenada por los activos de la empresa o del grupo:
LEHMAN BROTHERS HOLDINGS: El 15 de septiembre de 2008, el banco de inversión Lehman Brothers, el cuarto de Estados Unidos, solicitó la protección del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras estadounidense, con una deuda de 613.000 millones de dólares y activos de 639.000 millones (posteriormente elevados a 691.063 millones de dólares).
WORLDCOM, INC.: El 21 de julio de 2002 WorldCom se declaró en quiebra tras protagonizar un gran escándalo cuando admitió haber cometido "errores" de contabilidad por valor de 7.680 millones de dólares. Los activos de la empresa, hasta entonces la número dos en telecomunicaciones detrás de AT&T, sumaban 103.914 millones de dólares y su deuda, más de 30.000 millones de dólares.
GENERAL MOTORS: Tras unas fallidas negociaciones con los acreedores para canjearles por acciones su deuda, que asciende a 27.000 millones de dólares, General Motors tuvo que declararse en quiebra el 1 de junio del 2009, con unos activos de 91.000 millones de dólares. La nueva compañía que emerja de la bancarrota estará controlada por el Tesoro de EEUU, que desembolsará inicialmente 30.100 millones de dólares.
ENRON CORP.: E l 2 de diciembre de 2001, la mayor compañía estadounidense de compra-venta de electricidad y gas natural presentó expediente de bancarrota. La empresa, valorada entonces en 65.503 millones de dólares, emergió de la quiebra en 2004, tras lo cual sus ex altos cargos fueron condenados por fraudes.
CONSECO, INC.: La financiera y aseguradora Conseco pidió, el 17 de diciembre de 2002, la protección de la ley de quiebras con una deuda de 6.500 millones de dólares. Con sede en Carmel (Indiana), estaba valorada por sus activos en 61.392 millones de dólares.
CHRYSLER LLC.: El 30 de abril de 2009, la empresa automovilística se vio forzada a declararse en quiebra por un reducido grupo de acreedores, pero firmó una alianza con la italiana Fiat que le permitirá salir de la suspensión de pagos. Sus activos estaban valorados en 39.300 millones de dólares.
THORNBURG MORTGAGE, INC.: El 1 de mayo de 2009, la firma hipotecaria de Nuevo México se acogió a la Ley de Quiebras acosada por la crisis de las "subprime" y los excesos en los años del "boom" inmobiliario. Sus activos sumaban 36.521 millones de dólares.
PACIFIC GAS AND ELECTRIC, CO.: El 6 de abril de 2001, se declaró en quiebra. Valorada en 36.152 millones de dólares, suministraba servicios a 13 millones de usuarios en California y había acumulado deudas de 9.000 millones de dólares por la compra de electricidad a precios elevados en el mercado abierto.
TEXACO, INC.: El 12 de abril de 1987, la petrolera Texaco pidió la protección de la ley de Quiebras estadounidense. Sus activos estaban valorados en 34.940 millones de dólares. La empresa sobrevivió y en 2001 se fusionó con Chevron Corporation para formar ChevronTexaco.
FINANCIAL CORP. OF AMERICA.: El 9 de septiembre de 1988, la empresa entró en bancarrota. Estaba valorada en 33.864 millones de dólares. La FCA, con sede en California, era propietaria de la firma hipotecaria "American Savings and Loan Association" (ASLA), afectada por una mala cartera de inversiones inmobiliarias.
REFCO, INC.: El 18 de octubre de 2005, la firma bursátil, con activos de 33.333 millones de dólares, se acogió a la Ley de Quiebras. Considerada una de las mayores corredurías del mundo en materias primas y derivados, arrastraba dificultades desde la crisis asiática de 1997. Sus dirigentes, Phillip Bennett y Tone Grant, fueron condenados a 16 y 10 años de prisión por fraudes financieros.
INDYMAC BANCORP.: El 31 de julio de 2008 la entidad financiera se declaró en bancarrota, tres semanas después de que su banco fuera intervenido por las autoridades federales. La empresa estaba valorada en 32.734 millones de dólares.
GLOBAL CROSSING, Ltd.: El 28 de enero de 2002, la compañía de telecomunicaciones, valorada en 30.185 millones, se acogió a la Ley de Bancarrota, que da protección legal contra los acreedores. Con sede en las Bermudas, fue afectada por una débil demanda en servicios de telefonía y transmisión de datos, una abultada deuda y progresiva caída de sus acciones.
BANK OF NEW ENGLAND.: El Gobierno de EEUU declaró insolvente el banco el 7 de enero de 1991 y se hizo con el control de sus tres principales entidades. En abril siguiente fue adquirido por la financiera estadounidense Fleet/Norstar Financial Group. Estaba valorado en 29.773 millones de dólares.
GENERAL GROWTH PROPERTIES.: El 16 de abril de 2009, el gigante inmobiliario, dueño de unos 200 centros comerciales en EEUU, se declara en quiebra con una deuda de 27.000 millones de dólares y unos activos de 29.773 millones.