L D (Agencias) Incluida la adquisición de Abbey, que ya se integra totalmente en las cuentas del grupo, el Santander consiguió un incremento del 28,73 por ciento en el margen de explotación o resultado de la actividad típicamente bancaria, al tiempo que duplicó el volumen de créditos hasta rozar los 400.000 millones de euros.
En el segundo trimestre, el grupo ganó 1.366 millones, un 15 por ciento más que en los tres meses precedentes, apoyado en la "fortaleza comercial" de los negocio tanto en Europa como en Iberoamérica, explicó el grupo. La actividad crediticia presentó progresiones del 19,8 por ciento y los recursos de clientes gestionado aumentaron un 17% sin incluir Abbey, y disparan su crecimiento un 103,7 por ciento y 79,1 por ciento , respectivamente, si se incorpora el negocio administrado por la filial británica.
Por áreas geográficas, el margen de explotación del negocio en Europa Continental creció un 18,1 por ciento y el beneficio atribuido un 40,6 por ciento, y en Iberoamérica el resultado de explotación mejoró un 28,4 por ciento y la ganancia neta atribuida al grupo un 21,3 por ciento. Los márgenes de la cuenta del grupo crecieron por encima del 20 por ciento en todos los casos: el de intermediación subió un 29,67 por ciento, hasta los 5.008 millones; el ordinario un 34,17 por ciento, hasta los 9.478 millones, y el de explotación un 26,73 por ciento, hasta 4.368 millones.
Ya integrado Abbey, los principales márgenes de la cuenta de resultados crecieron en torno al 30 por ciento. En concreto, el de intermediación -diferencia entre ingresos y gastos de créditos y depósitos, más dividendos- aumentó un 29,67 por ciento, hasta 5.008 millones de euros. El margen ordinario avanzó el 34,17 por ciento, después de que los ingresos por comisiones aumentaran el 25,91 por ciento, las operaciones financieras crecieran un 36,66 por ciento, las empresas participadas aportaran el 59,15 por ciento más y la actividad de seguros se quintuplicara.
El margen de explotación o resultado de la actividad típicamente bancaria creció en menor medida, el 26,73 por ciento, y se elevó a 4.368 millones, debido al crecimiento del 40,7 por ciento en los costes –el 6,34% sin Abbey–. En la parte más baja de la cuenta de resultados, la disminución del 12,07 por ciento en las necesidades de provisiones crediticias resultó muy favorable para la evolución del beneficio bruto, que creció el 38,18 por ciento y, por tanto, del atribuido, que aumentó el 35,19 por ciento.
Sin tener en cuenta la incorporación de Abbey, el margen de intermediación hubiera crecido un 6,65 por ciento; el ordinario, un 8,5 por ciento, y el de explotación, un 10,52 por ciento, al tiempo que los ingresos por comisiones hubieran avanzado un 6,79 por ciento. En todo caso, asegura la entidad, la evolución del beneficio se apoya en el crecimiento de los créditos y los recursos de clientes. De hecho, sin contar con Abbey, la inversión crediticia aumentó un 19,31 por ciento, y los fondos gestionados, un 16,11 por ciento. Los números son mucho más abultados si se tiene en cuenta a Abbey, ya que el volumen de créditos crece de esta manera el 103,68 por ciento, hasta 398.864 millones, y el de recursos, el 79,07 por ciento, hasta 638.772 millones.
De nuevo destacó el comportamiento de las hipotecas en España, que aumentaron a un ritmo del 24 por ciento. De las cuentas presentadas destaca, asimismo, la evolución del negocio en Iberoamérica, donde los resultados crecieron un 15,7 por ciento, hasta 900 millones de euros. La red de la matriz en España, el Santander Central Hispano, aportó 656 millones de euros al beneficio atribuido (45,9% más), en tanto que Banesto entregó 259 millones (15,5% más); Santander Consumer -agrupa, principalmente, las financieras del grupo en Europa-, 237 millones (45,8% más), y Santander Totta -filial en Portugal-, 172 millones (40% más).
El margen de explotación o resultado de la actividad típicamente bancaria creció en menor medida, el 26,73 por ciento, y se elevó a 4.368 millones, debido al crecimiento del 40,7 por ciento en los costes –el 6,34% sin Abbey–. En la parte más baja de la cuenta de resultados, la disminución del 12,07 por ciento en las necesidades de provisiones crediticias resultó muy favorable para la evolución del beneficio bruto, que creció el 38,18 por ciento y, por tanto, del atribuido, que aumentó el 35,19 por ciento.
Sin tener en cuenta la incorporación de Abbey, el margen de intermediación hubiera crecido un 6,65 por ciento; el ordinario, un 8,5 por ciento, y el de explotación, un 10,52 por ciento, al tiempo que los ingresos por comisiones hubieran avanzado un 6,79 por ciento. En todo caso, asegura la entidad, la evolución del beneficio se apoya en el crecimiento de los créditos y los recursos de clientes. De hecho, sin contar con Abbey, la inversión crediticia aumentó un 19,31 por ciento, y los fondos gestionados, un 16,11 por ciento. Los números son mucho más abultados si se tiene en cuenta a Abbey, ya que el volumen de créditos crece de esta manera el 103,68 por ciento, hasta 398.864 millones, y el de recursos, el 79,07 por ciento, hasta 638.772 millones.
De nuevo destacó el comportamiento de las hipotecas en España, que aumentaron a un ritmo del 24 por ciento. De las cuentas presentadas destaca, asimismo, la evolución del negocio en Iberoamérica, donde los resultados crecieron un 15,7 por ciento, hasta 900 millones de euros. La red de la matriz en España, el Santander Central Hispano, aportó 656 millones de euros al beneficio atribuido (45,9% más), en tanto que Banesto entregó 259 millones (15,5% más); Santander Consumer -agrupa, principalmente, las financieras del grupo en Europa-, 237 millones (45,8% más), y Santander Totta -filial en Portugal-, 172 millones (40% más).