Cantor y Veriana Networks han presentado una propuesta de un mercado especulativo sobre recaudación de películas a la Comisión del Comercio en Futuros sobre Mercancía para su aprobación. Este mercado permitiría a los inversores comprar o vender (en venta corta) contratos basados en la futura recaudación en taquilla de una película.
Por ejemplo, bajo la propuesta de Cantor, los contratos cotizarían a un dólar por cada millón de dólares esperados de recaudación en taquilla nacional durante las primeras semanas de estreno. Si un contrato es comprado por 100 dólares y la película recauda 110 millones dólares, el inversor gana 10 dólares. Si otro inversor hiciera una venta corta del contrato de 100 dólares, entonces pierde 10 dólares. El mercado especulativo de Veriana estaría abierto sólo a inversores institucionales, mientras que el mercado de Cantor estaría abierto a todo el público.
El lobby de Hollywood está presionando a la Comisión del Comercio en Futuros sobre Mercancía para frenar la introducción de este producto, arguyendo que puede poner en peligro la viabilidad de la industria. La Motion Picture Association of America (MPPA), que encabeza el grupo de presión, representa a los principales estudios californianos: 20th Century Fox, Paramount Pictures, Sony Pictures Entertainment, Universal Studios, Walt Disney Studios y Warner Brothers. El grupo cuenta también con el apoyo de los sindicatos: la Directors Guild of America, la International Alliance of Theatrical Stage Employees, y la Independent Film and Television Alliance.
La coalición de estudios y sindicatos sostiene que este mercado especulativo puede dañar seriamente la industria. Entre los potenciales problemas cita: el riesgo de manipulación del mercado en un contexto donde abundan los rumores, conflictos de interés entre empleados de los estudios y un abanico de contratistas que pueden apostar a favor o en contra de sus propias películas, la posibilidad de que el rendimiento en taquilla sea vea afectado por la venta corta, la dificultad de obtener salas de exhibición si la película cotiza a un mal precio, los costes de vigilar que no se haga uso de información privilegiada, o la posibilidad de que un especulador filtre en internet una versión de la película para sacar provecho de su posterior rendimiento en taquilla.
Cantor y Veriana Networks, por su parte, replican que sus mercados especulativos reducirán el riesgo de las inversiones en Hollywood. Si una compañía tiene dudas sobre una película, puede hacer ventas cortas en el mercado. Ambas empresas confían en que la comisión apruebe su propuesta.
El economista Tyler Cowen apunta que la principal objeción de los estudios de Hollywood es la dificultad de contratar pantallas para películas que tienen las apuestas en su contra. Cowen compara el mercado especulativo en el cine con la popularización de las descargas de música.
Actualmente, la gente se equivoca menos a la hora de comprar canciones y álbumes porque ya los ha escuchado antes. La industria discográfica vende menos, pero los consumidores salen beneficiados. El mercado especulativo de cine permitiría al público equivocarse menos a la hora de escoger una película. Las apuestas, como las descargas, servirían de orientación.
Un posible efecto, sostiene Cowen, es que los estudios no se arriesgaran tanto con las películas que producen y hubiera menos variedad en la calidad. La mayoría del público quizás se beneficiaría, pero la oferta cinematográfica podría ser menos atractiva para los espectadores con gustos heterodoxos. En palabras de Cowen, “muchas industrias culturales se han construido sobre la base de equivocaciones de los consumidores, pero este fenómeno llega a su fin”.
Robin Hanson, economista especializado en mercados de predicción, destaca la hipocresía de los estudios de Hollywood que objetan que el mercado especulativo puede servir para manipular las percepciones de la gente. Esa manipulación, dice Hanson, ya existe hoy en día a través de la publicidad explícita, el efecto boca a oreja, las críticas de la prensa independiente y los reportajes pagados disfrazados de información. El mercado especulativo solo sería otro elemento intentando influir en las percepciones de los espectadores.
Hanson, que ha realizado varios experimentos con mercados de predicción, sostiene que este tipo de mercados resisten bastante bien la manipulación. Cuantos más participantes intentan manipular el mercado, más precisas son sus predicciones de media. En este sentido, Hanson cree que se está utilizando una doble vara de medir: se permite la manipulación de la publicidad y los medios, sin que hayan sido sometidos a ningún examen, mientras se alerta sobre la manipulación del mercado especulativo, que tiene un historial de acierto más robusto.
Robin Hanson concluye que un mercado especulativo sobre la recaudación podría ser una guía más fiable para el público, contrarrestando la manipulación a cuenta de los estudios. Quizás es eso lo que teme Hollywood.