La contienda del pasivo impactará de forma "muy importante" en los ingresos del sector financiero en general, pero sobre todo en los ingresos de las entidades que sólo tienen presencia en España, especificó la experta en unas jornadas sobre banca europea celebradas en Madrid.
Además de la elevada remuneración que bancos y cajas seguirán ofreciendo por el ahorro en un entorno de bajos tipos oficiales de interés, las entidades sufrirán un fuerte descenso de los márgenes, y deberán asumir las mayores exigencias de provisiones por riesgo inmobiliario establecidas por el Banco de España, agregó.
Según la agencia de calificación crediticia, el débil crecimiento español también meterá presión a las cuentas de resultados de bancos y cajas de ahorros centrados en la economía doméstica, ya que el Producto Interior Bruto (PIB) se contraerá un 0,3% en 2010 y experimentará un tenue crecimiento del 0,7% en 2011 y del 1,8% en 2012.
"Acceder a la liquidez, avanzar en fórmulas para ganar en rentabilidad, elevar los niveles de capital y mejorar la calidad de los activos son los retos más importantes a los que se enfrenta el sistema financiero español en el próximo año", consideró Muñoz.
Sin embargo, la responsable de Fitch apuntó que la banca española no se enfrenta a un panorama "tan negro" como el que espera a otros países, gracias a que ejerce un control de costes y mantiene un ratio de eficiencia que compara bastante bien con la banca internacional.
Irlanda y Portugal
Además, incidió en que la gran diferencia entre el sistema financiero español y los de Irlanda y Portugal es que el primero cuenta con dos grandes bancos, Santander y BBVA, que han diversificado su negocio fuera de España "de forma coherente" y manteniendo el enfoque en la banca minorista, al tiempo que gozan de presencia en América Latina, zona que ya contribuye de forma importante a su beneficio global.
Para compensar el difícil entorno previsto en España en 2011, los dos grandes bancos han acometido operaciones corporativas que les permiten avanzar en su diversificación, dijo Muñoz, en alusión a las recientes compras de activos de Santander en Alemania, Reino Unido y Polonia, y a la adquisición del 24% del banco turco Garanti por parte de BBVA.
En este sentido, Muñoz tachó de "curioso" que el mercado penalice a estas entidades por atribuirles el mismo riesgo que al Reino de España, tal y como ponen de manifiesto sus elevados ratios de seguros de impago de crédito (CDS, 'credit default swap'), cuando el negocio español cada vez pesa menos en la cuenta de resultados de Santander y BBVA.
"Son las fuerzas del mercado las que identifican a estas entidades financieras como 'riesgo España' y las meten en el mismo saco. Es un efecto contagio claro que demuestra que no se puede ser complaciente y que hay que ir abriendo mercados", explicó la experta de Fitch.