En esa evolución influyó la revisión del producto interior bruto (PIB) de Estados Unidos en el primer trimestre, que aumentó el 2,7%, tres décimas menos de lo calculado inicialmente por el Gobierno.
El Íbex-35 se vio arrastrado sobre todo por las compañías del sector eléctrico, castigadas de nuevo por los inversores por la incertidumbre que pende sobre su futuro, después de que el Gobierno y el PP decidieran el jueves revisar a fondo los costes del sistema en aras a lograr un pacto de Estado en materia energética.
Red Eléctrica capitaneó las mayores bajadas de la bolsa y del Íbex-35 al caer el 6,03%, seguida en el selectivo por Enagás, que retrocedió el 4,3%; por Iberdrola Renovables, que se dejó el 3,36%, y por Iberdrola, que bajó el 3,31%.
La banca, en positivo
En cambio, los grandes bancos escaparon de los números rojos, con subidas del 0,54% para el BBVA y del 0,46% para el Santander, después de que la Cámara de Representantes y el Senado de Estados Unidos llegaran a un acuerdo sobre la reforma del sector financiero. Bankinter, por ejemplo, lideró las subidas del selectivo español, al registrar un avance del 3,19%.
Precisamente, los bancos permitieron al Íbex-35 anotarse una caída inferior al del resto de indicadores europeos, dado que el FTSE 100 de Londres bajó el 1,05%, mientras que el CAC-40 de París se dejó el 1% y el DAX de Fráncfort retrocedió el 0,73%.
Con esta caída, el Íbex-35 acumula un descenso semanal del 4,38%, que se explica por "una toma de beneficios en todos los índices, que es lógica por la revalorización acumulada desde los mínimos vistos el 8 de junio", señala la analista de Renta 4 Nuria Álvarez.
En el mercado de divisas, el euro se intercambiaba al cierre de las bolsas europeas a 1,23 dólares y 110 yenes mientras que, en el mercado de deuda, la rentabilidad de los bonos españoles a 10 años se situaba en el 4,45%, con lo que el diferencial respecto a la deuda alemana -la más segura de Europa- se colocaba en 184,4 puntos básicos.