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MALAS NOTICIAS PARA LOS GOLOSOS

La burbuja del cacao encarece el chocolate en plena Navidad

La materia prima de moda en los mercados internacionales no es el petróleo, ni el aluminio, ni siquiera el oro, sino el humilde cacao, base del chocolate. La tonelada de este fruto tropical se ha duplicado en sólo tres años y hoy es uno de las inversiones predilectas de los que entienden.

La materia prima de moda en los mercados internacionales no es el petróleo, ni el aluminio, ni siquiera el oro, sino el humilde cacao, base del chocolate. La tonelada de este fruto tropical se ha duplicado en sólo tres años y hoy es uno de las inversiones predilectas de los que entienden.

La prolongada debilidad de dólar está obrando milagros en el mercado de las materias primas. El petróleo, el oro y otros refugios de valor habituales registran máximos históricos, pero no son los únicos, ciertos productos agrícolas hasta ayer ninguneados viven días de gloria en los mercados. El mejor ejemplo es la sorprendente revalorización del cacao, un fruto que se cosecha íntegramente en países del tercer mundo y que sirve de base a uno de los productos más consumidos del planeta: el chocolate. 

Nunca antes había estado tan caro. La tonelada alcanzó los 3.600 dólares la pasada semana en Nueva York. Dicho así no parece ni mucho ni poco, habida cuenta de que el cacao nunca había sido objeto de especulación en los grandes mercados. Pero si echamos la vista atrás es cuando nos damos cuenta del alza de precios que ha padecido en los últimos tres años. A mediados de 2006, en plena burbuja inmobiliaria norteamericana, la tonelada se mercadeaba en Nueva York por unos 1.500 dólares de promedio. A principios de 2009 había subido 1.000 dólares y durante este año ha trepado hasta los 3.600. En la Reserva Federal deberían tomarse muy en serio la cada vez más penosa situación de su divisa.

A diferencia del platino o el paladio, que, a fin de cuentas, son refugios de valor puros y sirven esencialmente para atesorar, el cacao es un bien complementario de otro muy popular, especialmente en las fechas navideñas. Torben Erbrath, director de la patronal confitera alemana (BDSI), está asombrado con el alza de la principal materia prima de la que depende el negocio de sus asociados: “El precio este año está absolutamente disparado”. Para Erbrath, sin embargo, las razones de un alza tan espectacular residen en la época y en la ola de frío que azota el hemisferio norte desde hace un par de semanas.

El chocolate es un producto que se consume más en invierno que en verano. Las fiestas navideñas incrementan las ventas de chocolatinas y todo tipo de dulces basado en el chocolate. De hecho, una Navidad sin chocolate sería impensable y bastante triste. El clima también repercute en el consumo. Gracias a sus cualidades energéticas, cuanto más frío es un invierno más aumenta la compra de chocolate en sus distintas variedades. En España, por ejemplo, es habitual beber chocolate a la taza durante los meses de invierno para entrar en calor.

Una oportunidad de inversión

Con los precios actuales por tonelada ha ido un paso más allá de la chocolatina o del imprescindible turrón de chocolate que se consume de un modo masivo durante las Navidades. Los inversores se han fijado en él y proliferan por los principales parqués productos financieros estructurados en torno al cacao. Se los conoce como “Chocolate Baskets” (cestas de chocolate), sirven como base a los futuros del producto y están nominados en dólares y euros. En Londres y Nueva York han aparecido las cestas de la suizas Lindt y Nestlé y de la norteamericana Hershey, fabricante en España de las populares chocolatinas Kit Kat. Si el cacao sigue apreciándose al ritmo actual durante 2010 estas cestas pueden ofrecer rentabilidades muy interesantes.

Las principales empresas del sector, hasta hace no mucho simpáticas marcas como Cadbury o Ferrero, están envueltas en grandes operaciones bursátiles de concentración en lo que se conoce como la “Guerra del Chocolate”. Hace sólo un mes Hershey, con sede en Pensilvania, anunció la compra de la británica Cadbury, por la que, poco después, se interesó la italiana Ferrero.

Se sigue aún barajando una alianza estratégica entre italianos y norteamericanos para hacerse con Cadbury, que resistió una OPA hostil por parte de Kraft en el mes de septiembre. La operación no se ha completado hasta ahora por que el bocado se le podría indigestar a Hershey, necesitada de una ampliación de capital para permitirse la compra.

El chocolate sube de precio

La “Guerra del Chocolate” no es más que un síntoma de que la burbuja cacaotera empieza a hacer estragos en los fabricantes del deseado dulce, anticipo de los hará en los bolsillos de los amantes del chocolate cuando el alza de producto base repercuta en el producto final. Este extremo parece inevitable y promete poner el precio de los bombones, ya de por sí caros, a precio de oro.

Y no es una profecía sino una realidad. El pasado día 13 Hershey anunció que subiría el precio de toda su línea de producto un promedio del 3% después de mantener estable el precio de venta al público de su chocolatina, la Hershey’s candy bar, durante 14 años seguidos. Se había anticipado Cadbury un día antes anunciando que, desde el 1 de enero, todos sus chocolates subirían entre un 5% y un 6%. Los analistas predicen que todas las chocolateras del mundo, incluidas las españolas, subirán el precio en breve.

Burbuja o escasez

Uno de los problemas del cacao es que, como el petróleo, se cosecha en muy pocos países y cerca del 40% de la producción mundial lo concentra uno sólo: Costa de Marfil, de quien depende en gran parte la cotización mundial. Las últimas cosechas no han sido todo lo buenas que se esperaba y eso ha afectado a la oferta.

La de este año, sin embargo, está siendo mucho mejor, por lo que, según algunos analistas, esto hará descender el precio. Los hay que cargan las culpas sobre lo viejos que están los cacaoteros en los países productores lo que implica rendimientos decrecientes en la cosecha. Otros apuntan como origen la sustitución del cultivo de cacao por la caña de azúcar, el café o el caucho, muy bien remunerados los tres productos en los últimos años.

Otros hablan de una burbuja en toda regla, al margen de que la producción de cacao aumente o se reduzca. Las burbujas descansan sobre el lado de la demanda, no sobre el de la oferta. La analista británica, Stephanie Garner, cree que el rally alcista no se debe a cuestiones relacionadas con la escasez de cacao en el mercado sino a “factores técnicos que están impulsando la compra”, al tiempo que asegura que, mientras las circunstancias actuales permanezcan el “mercado del cacao mantendrá el alza tanto en Londres como en Nueva York”. A Garner no le preocupa la burbuja en sí sino cuando estalle. En ese momento a los que hayan entrado tarde les estallará en las narices como sucede en todas las burbujas.

Por de pronto el cacao sigue subiendo y, con él, nuestro querido chocolate. Una pésima noticia para los golosos pero, como no siempre llueve a gusto de todos, una oportunidad extra de ganar dinero con un fruto que nuestros antepasados trajeron de América escondido entre toneladas de oro y que se bautizó en griego como “alimento de los dioses”.  

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