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La Casa Blanca no descarta la quiebra escalonada del sector del automóvil

Aún no ha decidido cómo acudir en la ayuda de la industria estadounidense del motor, pero la Casa Blanca ha reconocido, por primera vez, desde el comienzo de la crisis que no descarta la quiebra "controlada" de los fabricantes para evitar un colapso "caótico".

Aún no ha decidido cómo acudir en la ayuda de la industria estadounidense del motor, pero la Casa Blanca ha reconocido, por primera vez, desde el comienzo de la crisis que no descarta la quiebra "controlada" de los fabricantes para evitar un colapso "caótico".
LD (EFE) "Todavía no he tomado una decisión", ha dicho este jueves el presidente estadounidense, George W. Bush, durante una comparecencia en el Instituto Estadounidense de la Empresa, donde fue preguntado sobre cómo atenuar la crisis que vive el sector.
 
"Bajo circunstancias normales no hay duda de que los tribunales de quiebra son la mejor forma. Pero estas no son circunstancias normales. Ese es el problema", dijo Bush en referencia a la situación de los Tres Grandes fabricantes de automóviles estadounidenses (General Motors, Ford y Chrysler).
 
El presidente saliente añadió que "estoy preocupado con una quiebra desordenada y el efecto que tendría en la psicología de los mercados". Finalmente Bush se refirió a su sucesor, el presidente electo, Barack Obama, que tomará posesión del cargo el próximo 20 de enero. "Creo que no es una buena política dejarle una catástrofe gigantesca en su primer día de trabajo", declaró.
 
El portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, aclaró la posición del presidente al afirmar que "no va a permitir un colapso desordenado de las compañías. Un colapso desordenado sería algo muy caótico". Perino también reveló que la Casa Blanca esta "muy cerca" de tomar una decisión sobre el plan de rescate para los Tres Grandes.
 
"Hay una forma ordenada de declarar quiebras que proporciona un aterrizaje más suave. Esa sería una de las opciones. No estoy diciendo que es necesariamente lo que será anunciado" explicó la portavoz. Otra opción, apoyada por los demócratas pero que en el pasado Bush rechazó, es que los Tres Grandes reciban miles de millones de dólares del plan de rescate del sistema financiero, que tiene presupuestado 700.000 millones de dólares, aprobado por Washington.
 
"Hay una gama de opciones y hay muchas opciones", dijo Perino. Las consideraciones de la Casa Blanca sobre cómo ayudar a los fabricantes domésticos de automóviles es consecuencia directa del rechazo de los republicanos del Senado de un plan, aprobado por la Cámara de Representantes con el beneplácito de la administración Bush, para conceder 14.000 millones de dólares a GM y Chrysler.
 
La simple mención de que la Casa Blanca está considerando una "quiebra controlada" en Detroit provocó una abrupta bajada de las acciones de General Motors y Ford en los mercados de valores.
 
Mientras, la líder demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, demandó a la Casa Blanca que actúe de forma inmediata para prevenir la "inminente insolvencia" de los fabricantes de Detroit que pondría en peligro 2 millones de puestos de trabajo.
 
A principios de noviembre un estudio indicó que Estados Unidos perdería tres millones de empleos si los "Tres Grandes de Detroit" cesaban sus operaciones.
 
En caso de que sólo uno de los "Tres Grandes" desaparezca, las pérdidas de empleos sumarían 2,4 millones de personas en 2009 y las económicas 125.000 millones de dólares. Para el 2011, las pérdidas laborales se habrían reducido a 1 millón de puestos.
 
Las palabras de Bush y Perino se producen un día después de que Chrysler anunciara que dejará de producir vehículos en Norteamérica durante un mes, desde mañana hasta el 19 de enero, como consecuencia de la caída de la demanda de sus productos y para ahorrar dinero. Chrysler parará todas su 30 plantas de producción en Estados Unidos (22), México (5) y Canadá (3).
 
El segundo fabricante estadounidense de automóviles, Ford, que se encuentra en mejor situación financiera que GM y Chrysler, también dijo que durante tres semanas 10 de sus 12 plantas de montaje en Norteamérica detendrán sus actividades, al extender una semana las tradicionales vacaciones navideñas.

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