LD (EFE) En su último informe trimestral sobre la economía de los Doce, el Ejecutivo de la UE destaca que el crecimiento alcanzó, en el primer semestre del año, una tasa anualizada del 3,4 por ciento, la más alta de los últimos seis años, y apunta que las previsiones a corto plazo pueden ser aún mejores de lo esperado.
Sin embargo, reconoce que los riesgos a la baja son también "más prominentes" y, así, advierte de la posibilidad de una ralentización más fuerte de lo previsto de la economía global y, en el contexto interno, de la vulnerabilidad que supone el creciente endeudamiento de las familias y las empresas.
Sin embargo, reconoce que los riesgos a la baja son también "más prominentes" y, así, advierte de la posibilidad de una ralentización más fuerte de lo previsto de la economía global y, en el contexto interno, de la vulnerabilidad que supone el creciente endeudamiento de las familias y las empresas.
La demanda interna, subraya Bruselas, se ha convertido en el principal factor de crecimiento, impulsada, a su vez, por el rebote de la inversión privada. Considera, además, que la relativa moderación del precio del petróleo y la mejora gradual del mercado laboral permitirán que el consumo privado también mejore. A la vista de esas perspectivas, vaticina que el crecimiento global de la zona estará cerca o por encima de su potencial en la segunda mitad del año.
En cuanto a los factores que podrían hacer peligrar esta evaluación positiva, la Comisión explica que las turbulencias bursátiles, en los meses de mayo y junio, muestran que los riesgos relacionados con el entorno macrofinanciero han aumentado. Desde el punto de vista internacional, incide en la posibilidad de que se produzca una ralentización más fuerte de lo previsto en el crecimiento, debido a los cada vez mayores desequilibrios globales, las tensiones geopolíticas y las elevadas cotas en las Bolsas.
En el contexto interno, la mayor preocupación de la Comisión tiene que ver con el creciente endeudamiento tanto de las familias como de las empresas. Respecto al precio del petróleo, el Ejecutivo comunitario señala que la zona euro es ahora mucho menos vulnerable a las subidas que en crisis anteriores, debido a que las mayores rentas que obtienen los países productores vuelven en parte a los países consumidores, vía aumento de las exportaciones y vía inversión en los mercados de la zona euro.
Por último, el informe analiza las mejoras en el funcionamiento del mercado laboral en el área, que han permitido crear en los últimos cinco años más de cinco millones de puestos de trabajo y rebajar la tasa de desempleo considerablemente. Esta evolución ha sido posible, según Bruselas, gracias a las reformas estructurales y a la moderación salarial. La Comisión reclama, no obstante, mejoras adicionales, dirigidas a rebajar el desempleo estructural y reducir la tasa de temporalidad.
En cuanto a los factores que podrían hacer peligrar esta evaluación positiva, la Comisión explica que las turbulencias bursátiles, en los meses de mayo y junio, muestran que los riesgos relacionados con el entorno macrofinanciero han aumentado. Desde el punto de vista internacional, incide en la posibilidad de que se produzca una ralentización más fuerte de lo previsto en el crecimiento, debido a los cada vez mayores desequilibrios globales, las tensiones geopolíticas y las elevadas cotas en las Bolsas.
En el contexto interno, la mayor preocupación de la Comisión tiene que ver con el creciente endeudamiento tanto de las familias como de las empresas. Respecto al precio del petróleo, el Ejecutivo comunitario señala que la zona euro es ahora mucho menos vulnerable a las subidas que en crisis anteriores, debido a que las mayores rentas que obtienen los países productores vuelven en parte a los países consumidores, vía aumento de las exportaciones y vía inversión en los mercados de la zona euro.
Por último, el informe analiza las mejoras en el funcionamiento del mercado laboral en el área, que han permitido crear en los últimos cinco años más de cinco millones de puestos de trabajo y rebajar la tasa de desempleo considerablemente. Esta evolución ha sido posible, según Bruselas, gracias a las reformas estructurales y a la moderación salarial. La Comisión reclama, no obstante, mejoras adicionales, dirigidas a rebajar el desempleo estructural y reducir la tasa de temporalidad.