LD (EFE) El experto de Aguirre Newman Santiago Fernández-Fígares se refirió de esta manera al anuncio del Santander de que venderá todos sus inmuebles en España (incluida la Ciudad Financiera de Boadilla y 1.200 oficinas) en los próximos meses a un precio de unos 4.000 millones de euros. Fernández-Fígares cree que habrá varios pujadores por estos inmuebles, especialmente grandes grupos inmobiliarios tanto españoles como extranjeros, y grandes fondos de inversión, especialmente internacionales.
No obstante, consideró que la venta será mucho más sencilla si es por bloques, ya que para un solo inversor sería casi imposible abarcar toda la operación. El activo más caro puesto a la venta será la Ciudad Financiera, que al banco le costó 650 millones de euros, aunque por metro cuadrado se pagará, previsiblemente, un precio superior por el palacete de Castellana, en Madrid, y el edificio del Paseo de Gracia, en Barcelona.
Para el experto de Aguirre Newman, esta operación es financieramente muy buena para cualquier comprador, porque se asemeja a la adquisición de un bono de deuda pública, con una rentabilidad constante durante muchos años y con un inquilino de la máxima garantía. Ello se debe a que el Santander pretende vender sus edificios pero mantenerse en ellos en régimen de alquiler y con opción preferente de compra.
Otros expertos consultados por EFE también consideraron improbable que la adquisición la vaya a hacer un único comprador, debido a que el patrimonio es muy heterogéneo desde el punto de vista de la utilidad y el servicio. Además, consideraron que es una operación compleja y con muchas dificultades, aunque se mostraron convencidos de que el Santander la tiene bien amarrada, ya que en caso contrario no se hubiera arriesgado a anunciarla pocos días antes de la Junta de Accionistas del próximo día 23, en la que previsiblemente tendrá que dar explicaciones al respecto.
El Santander tiene intención de ejecutar estas ventas en los próximos meses, dado que quiere destinar los 1.400 millones de plusvalías a financiar la compra del banco holandés ABN Amro, operación que -si tiene éxito- se ejecutará en el último trimestre.
No obstante, consideró que la venta será mucho más sencilla si es por bloques, ya que para un solo inversor sería casi imposible abarcar toda la operación. El activo más caro puesto a la venta será la Ciudad Financiera, que al banco le costó 650 millones de euros, aunque por metro cuadrado se pagará, previsiblemente, un precio superior por el palacete de Castellana, en Madrid, y el edificio del Paseo de Gracia, en Barcelona.
Para el experto de Aguirre Newman, esta operación es financieramente muy buena para cualquier comprador, porque se asemeja a la adquisición de un bono de deuda pública, con una rentabilidad constante durante muchos años y con un inquilino de la máxima garantía. Ello se debe a que el Santander pretende vender sus edificios pero mantenerse en ellos en régimen de alquiler y con opción preferente de compra.
Otros expertos consultados por EFE también consideraron improbable que la adquisición la vaya a hacer un único comprador, debido a que el patrimonio es muy heterogéneo desde el punto de vista de la utilidad y el servicio. Además, consideraron que es una operación compleja y con muchas dificultades, aunque se mostraron convencidos de que el Santander la tiene bien amarrada, ya que en caso contrario no se hubiera arriesgado a anunciarla pocos días antes de la Junta de Accionistas del próximo día 23, en la que previsiblemente tendrá que dar explicaciones al respecto.
El Santander tiene intención de ejecutar estas ventas en los próximos meses, dado que quiere destinar los 1.400 millones de plusvalías a financiar la compra del banco holandés ABN Amro, operación que -si tiene éxito- se ejecutará en el último trimestre.