No hay mal que por bien no venga dice, con muchísima razón, el refranero castellano. El cierre de los destinos vacacionales del mar Rojo y, en menor medida, el de los hoteles de la costa tunecina, ha provocado una previsible carambola. Los turistas europeos que acostumbran a tomarse unos días de descanso en destinos cálidos cercanos al continente han mirado a España, en concreto al archipiélago canario, cuyo clima tropical y tipo de oferta hotelera es similar a la de los resorts egipcios de la península del Sinaí.
El subdirector de Turespaña, Álvaro Blanco, aseguró ayer durante una rueda de prensa en Palma de Mallorca que el panorama es esperanzador. La situación es buena y va a mejorar en los próximos meses gracias, entre otras cosas, a la inestabilidad política en el norte de África, tradicional competidor de ciertas regiones de España.
Por de pronto las reservas británicas han crecido un 13% después de despeñarse durante dos años seguidos por culpa de la depreciación de la libra esterlina. En las islas canarias este crecimiento alcanza el 20%, una excelente noticia para la comunidad autónoma que más desempleo registra de todo el país.
La clave del crecimiento hay que encontrarla, según Blanco, en dos letras T.I, acrónimo de Todo Incluido, un tipo de régimen de alojamiento muy habitual en algunos destinos como el Caribe, el mar Rojo y las Canarias. El Todo Incluido consiste en que los turistas pagan de un golpe el avión, el hotel, las comidas, las bebidas y el entretenimiento. No existen así sorpresas de última hora o incrementos inesperados en el gasto durante las vacaciones.
El otro mercado emisor que crece con fuerza es Alemania, alimentado por el buen momento que atraviesa la economía de aquel país. La oficina de turismo español en Berlín estima que este año vendrán tantos alemanes a España como en 2008. Se suma, de este modo, la recuperación económica de algunos mercados al hecho de que los principales competidores estén paralizados hasta, por lo menos, la próxima primavera.
Pero el mercado que más crece es el ruso. El año pasado el número de rusos que eligieron España como destino vacacional se incrementó en un 43% hasta llegar a la cifra de 600.000 turistas provenientes de Rusia. Las hoteleros españoles esperan que este año sea aún mejor y se alcance el simbólico millón de turistas rusos por primera vez en la historia. Para ello cuentan con dos armas: nuevos vuelos chárter que empezarán a operar este año entre Moscú y San Petersburgo y la costa española, y la agilización en los visados por parte de las autoridades.
Turistas prestados y crisis del turismo en Canarias
Álvaro Blanco, no obstante, quiere enfriar el optimismo advirtiendo al sector que este año vamos a contar con muchos turistas "prestados", es decir, con un buen número de viajeros que vendrán a España porque Túnez y Egipto están cerrados al turismo hasta que la situación allí se aclare y sus respectivos Gobiernos puedan garantizar la seguridad de los turistas. Cuando la crisis concluya tanto Túnez como Egipto volverán al circuito y lo harán con fuerzas renovadas y bajos precios. Esta carambola quizá sea un buen momento para mostrar a esos turistas "prestados" las bondades de veranear en nuestro país.
Los hoteleros canarios calculan que por cada millón de turistas recuperado se crean 25.000 empleos directos en las islas. Las Canarias han perdido dos millones de turistas en la última década. Los culpables de esta pérdida de atractivo del afortunado archipiélago han sido los nuevos destinos en África y el encarecimiento provocado la moratoria urbanística. En definitiva, de un tiempo a esta parte las Canarias han dejado de ser competitivas en los mercados internacionales.
Se han cerrado cerca de 10.000 establecimientos entre los que se encuentran los lujosos y emblemáticos hoteles como el Meliá Volcán, Iberostar Papagayo, el Gran Castillo, el Natura Palace, el Rubicón Palace, el Papagayo Arenas y el Princesa Yaiza. Muchos de ellos fueron clausurados por ser considerados ilegales, es decir, levantados tras la moratoria. El resultado ha sido que las grandes cadenas hoteleras han dejado de invertir en las islas por considerarlas un destino decadente en el que, además, las autoridades locales no ponían demasiadas facilidades.
Los turoperadores británicos esperan reanudar la actividad en la costa tunecina en el mes de abril, si todo sigue tranquilo para esa fecha obviamente. Para entonces los hoteles de Canarias deberían estar con el cartel de completo colgado en la puerta. El desafío es mantenerlo el resto de la temporada.