L D (Agencias) La comisión de control presupuestario de la Eurocámara ha interrogado este martes al comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Pedro Solbes; la comisaria responsable de Presupuesto y lucha contra el fraude, Michaele Schreyer, y el vicepresidente responsable de Personal y Reforma Administrativa, Neil Kinnock, por el fraude descubierto en Eurostat, la Oficina de estadística de la Unión Europea. La Eurocámara se muestra dispuesta a reclamarles a los comisarios la responsabilidad por haber avalado la gestión de Eurostat -pese a los informes negativos de una auditoría interna- e insistir ante la Comisión de Control Presupuestario del Parlamento Europeo, reunida el pasado 11 de febrero, en que no se apreciaba "voluntad deliberada de fraude". A raíz de estas garantías de los comisarios, el Parlamento aceptó aprobar el pasado abril la llamada “descarga” o visto bueno a la ejecución del presupuesto realizado por la Comisión Europea correspondiente al ejercicio 2001. Una negativa del Parlamento a aprobar la “descarga” implica automáticamente la desautorización de la Comisión, que debe dimitir.
El escándalo salió a la luz cuando la prensa informó el pasado 16 de mayo de la existencia de una "caja negra" en el servicio externo de venta de datos de Eurostat y la posible implicación de su director general, Yves Franchet, y el director de unos de los seis departamentos del organismo, Daniel Byk. En su comparecencia de este martes, Solbes reveló que además del punto de venta de Luxemburgo, también los de Bruselas y Madrid se gestionaron con arreglo a un contrato externo que aparentemente no respetaba el reglamento financiero de la UE y escapaba a los controles internos. El comisario español señaló que cuando compareció ante la comisión parlamentaria el pasado 11 de febrero no estaba informado de todos los hechos relacionados con Eurogramme y que hasta su conocimiento en mayo "nuestra percepción era que había habido algunos problemas en Eurostat en el pasado, pero que se habían tomado las medidas necesarias y que se estaban resolviendo". Kinnock, en su intervención, destacó que la Comisión Europea no abrirá ningún procedimiento disciplinario contra los presuntos implicados hasta que no se conozcan los resultados de la investigación de OLAF (Oficina de Lucha contra el Fraude). Ambos han sido, no obstante, apartados de sus puestos provisionalmente y "a petición propia".
Contradicciones entre Solbes y Schreyer
Sin embargo, las investigaciones sobre las malversaciones de Eurostat han prosperado hasta el punto de que la Oficina de Lucha contra el Fraude decidió poner el asunto en manos de la Fiscalía francesa por entender que los dos altos funcionarios de Eurostat de nacionalidad gala estaban directamente implicados en el supuesto fraude (según el diario El Mundo , la OLAF denuncia la existencia de una caja negra aprovisionada por un sistema de facturas falsas entre la empresa francesa Planistat y Eurostat. Planistat gestiona los puntos de venta a través de los cuales Eurostat vende estadísticas en los estados miembros a clientes privados). Buena parte de los grupos de la Eurocámara se sienten ahora engañados por la Comisión y recuerdan que la “descarga” del presupuesto 2001 se concedió porque los comisarios habían asegurado que el asunto Eurostat estaba controlado.
A pesar de reiterar que no conocían los hechos cuando recomendaron la ejecución del presupuesto al Parlamento, persisten algunas contradicciones entre los comisarios Solbes y Schreyer en su declaración de este martes. Mientras Solbes mostró "su profunda preocupación por el hecho de que tuve que descubrir por la prensa que esos dos funcionarios estaban bajo sospecha y no a través de la OLAF, como normalmente debería haber sido el caso", Schreyer aseguró que la OLAF no tiene por qué informar a los comisarios sobre qué está investigando. De igual forma, Schreyer explicó, a preguntas de la comisión parlamentaria, que nunca mantuvo una conversación sobre el tema con Franchet, el director de Eurostat presuntamente implicado en el caso. La OLAF transmitió el pasado marzo un expediente relativo a los puntos de venta de datos de Eurostat a las autoridades judiciales de París y después informó a Bruselas, "por primera vez", sobre sus "serias alegaciones", dijo Solbes. Además, el comisario español aseguró que la auditoría interna hecha por la propia Eurostat en 2000 sobre las posibles irregularidades la recibió "a comienzos de mayo de este año (2003)" y que la considera "muy inquietante".
Informe definitivo antes de verano
La Oficina Europea de Lucha contra el Fraude debe, por su parte, presentar los resultados finales de sus investigaciones antes de las vacaciones de verano. Si los informes de la OLAF confirman la existencia de una malversación por cuantía aproximada de un millón de euros, el Parlamento Europeo analizaría la situación en pleno para decidir qué responsabilidades se le exigen a la Comisión Europea. Por el momento, los grupos Popular, Liberal, Verde y Unión Europea de Naciones se muestran proclives a plantear la recusación de los comisarios. Sin embargo, y según denuncia el diario El Mundo , el asunto ha suscitado una batalla en la Eurocámara, donde cada grupo pretende defender sus intereses. Los socialistas españoles han sacado a relucir el escándalo del lino que afecta a la vicepresidenta de la Comisión, Loyola de Palacio y, según El Mundo , habrían amenazado con plantear una recusación de la comisaria popular, que muchos interpretan como una táctica para disuadir a los españoles del Partido Popular Europeo (PPE) de votar a favor de una posible recusación de Solbes.
El escándalo salió a la luz cuando la prensa informó el pasado 16 de mayo de la existencia de una "caja negra" en el servicio externo de venta de datos de Eurostat y la posible implicación de su director general, Yves Franchet, y el director de unos de los seis departamentos del organismo, Daniel Byk. En su comparecencia de este martes, Solbes reveló que además del punto de venta de Luxemburgo, también los de Bruselas y Madrid se gestionaron con arreglo a un contrato externo que aparentemente no respetaba el reglamento financiero de la UE y escapaba a los controles internos. El comisario español señaló que cuando compareció ante la comisión parlamentaria el pasado 11 de febrero no estaba informado de todos los hechos relacionados con Eurogramme y que hasta su conocimiento en mayo "nuestra percepción era que había habido algunos problemas en Eurostat en el pasado, pero que se habían tomado las medidas necesarias y que se estaban resolviendo". Kinnock, en su intervención, destacó que la Comisión Europea no abrirá ningún procedimiento disciplinario contra los presuntos implicados hasta que no se conozcan los resultados de la investigación de OLAF (Oficina de Lucha contra el Fraude). Ambos han sido, no obstante, apartados de sus puestos provisionalmente y "a petición propia".
Contradicciones entre Solbes y Schreyer
Sin embargo, las investigaciones sobre las malversaciones de Eurostat han prosperado hasta el punto de que la Oficina de Lucha contra el Fraude decidió poner el asunto en manos de la Fiscalía francesa por entender que los dos altos funcionarios de Eurostat de nacionalidad gala estaban directamente implicados en el supuesto fraude (según el diario El Mundo , la OLAF denuncia la existencia de una caja negra aprovisionada por un sistema de facturas falsas entre la empresa francesa Planistat y Eurostat. Planistat gestiona los puntos de venta a través de los cuales Eurostat vende estadísticas en los estados miembros a clientes privados). Buena parte de los grupos de la Eurocámara se sienten ahora engañados por la Comisión y recuerdan que la “descarga” del presupuesto 2001 se concedió porque los comisarios habían asegurado que el asunto Eurostat estaba controlado.
A pesar de reiterar que no conocían los hechos cuando recomendaron la ejecución del presupuesto al Parlamento, persisten algunas contradicciones entre los comisarios Solbes y Schreyer en su declaración de este martes. Mientras Solbes mostró "su profunda preocupación por el hecho de que tuve que descubrir por la prensa que esos dos funcionarios estaban bajo sospecha y no a través de la OLAF, como normalmente debería haber sido el caso", Schreyer aseguró que la OLAF no tiene por qué informar a los comisarios sobre qué está investigando. De igual forma, Schreyer explicó, a preguntas de la comisión parlamentaria, que nunca mantuvo una conversación sobre el tema con Franchet, el director de Eurostat presuntamente implicado en el caso. La OLAF transmitió el pasado marzo un expediente relativo a los puntos de venta de datos de Eurostat a las autoridades judiciales de París y después informó a Bruselas, "por primera vez", sobre sus "serias alegaciones", dijo Solbes. Además, el comisario español aseguró que la auditoría interna hecha por la propia Eurostat en 2000 sobre las posibles irregularidades la recibió "a comienzos de mayo de este año (2003)" y que la considera "muy inquietante".
Informe definitivo antes de verano
La Oficina Europea de Lucha contra el Fraude debe, por su parte, presentar los resultados finales de sus investigaciones antes de las vacaciones de verano. Si los informes de la OLAF confirman la existencia de una malversación por cuantía aproximada de un millón de euros, el Parlamento Europeo analizaría la situación en pleno para decidir qué responsabilidades se le exigen a la Comisión Europea. Por el momento, los grupos Popular, Liberal, Verde y Unión Europea de Naciones se muestran proclives a plantear la recusación de los comisarios. Sin embargo, y según denuncia el diario El Mundo , el asunto ha suscitado una batalla en la Eurocámara, donde cada grupo pretende defender sus intereses. Los socialistas españoles han sacado a relucir el escándalo del lino que afecta a la vicepresidenta de la Comisión, Loyola de Palacio y, según El Mundo , habrían amenazado con plantear una recusación de la comisaria popular, que muchos interpretan como una táctica para disuadir a los españoles del Partido Popular Europeo (PPE) de votar a favor de una posible recusación de Solbes.