Los plazos para la andadura del tercer grupo aéreo del mundo no se han cumplido y durante todo este tiempo las negociaciones han seguido por un camino tortuoso en el que los principales escollos para el éxito de la operación han sido el fondo de pensiones de la británica --que acumula ya un déficit de 2.100 millones de libras (3.100 millones de euros)-- y la ecuación de canje.
Hace un año, British valía más que la compañía española en términos de cotización bursátil, lo que llevó a plantear un canje inicialmente del 60% para la compañía británica y del 40% para Iberia, pero la situación cambió radicalmente a raíz de la revalorización de los títulos de la aerolínea española en Bolsa.
En mayo de este año, la aerolínea española ganaba peso en la nueva compañía con un 45%, frente al 55% de BA, en una ecuación más favorable para Iberia.
La sede de la nueva Iberia-British, cuestión todavía no decidida, también suscitó controversias entre ambas compañías, ya que mientras Iberia pretende que se instale en un país neutral como Holanda o Irlanda tal y como se pidió en un principio, BA presionó en su momento para que fuera Londres.
Si las estimaciones iniciales indicaban que la nueva compañía resultante alcanzaría unos ingresos de 16.500 millones de euros, con una flota de 450 aviones y la cobertura de más de 200 destinos, aún manteniendo sus respectivas marcas, la poca visibilidad del negocio por el impacto de la crisis en el sector aéreo hace imposible fijar un plazo para la operación.
Llegada del nuevo presidente de Iberia
Las miradas están puestas ahora en el nuevo presidente de Iberia y ex presidente de Altadis, Antonio Vázquez, tras la renuncia de Conte por "motivos personales" el pasado 9 de julio, un hombre con experiencia en este tipo de negociaciones que tendrá que dar un impulso a una operación, que quedó relegada a un segundo plano ante las medidas que ambas aerolíneas deben aplicar para salir de la crisis.
Vázquez contará para ello con Rafael Sánchez-Lozano, nuevo consejero delegado y hasta ahora miembro del consejo en representación de Valoración y Control, gestora de sociedades de Caja Madrid, 'núcleo duro' de la entidad que controla el 23% de Iberia. Con la reaparición de la figura del consejero delegado, el consejo de administración de Iberia se amplía a doce miembros.
Durante los meses de mayo y junio de 2008, Iberia adquirió una participación estratégica en British Airways hasta alcanzar el 9,99% para equilibrar las participaciones de ambas compañías, teniendo en cuenta que la británica posee el 13,15% de Iberia.
Iberia es el principal accionista de British, que a su vez es el segundo mayor accionista de la aerolínea española, por detrás de Caja Madrid y por delante de la Sepi (5,16%), El Corte Inglés (3,37%) y el banco alemán Metzler Seel Sohn, que actúa como depositario, con el 2,99%.
Desde la aerolínea británica se ve con buenos ojos al nuevo presidente, de quién destacan su capacidad de liderazgo y su conocimiento del negocio, "claves para desarrollar la relación entre Iberia y British", cuyas negociaciones "nunca se han llegado a parar".
Planes de ajuste en ambas compañías
Mientras tanto, ambas compañías se concentran en frenar la caída de sus ingresos ante el desplome del tráfico de pasajeros y en desarrollar medidas de ajuste sobre sus negocios que permitan afrontar la fusión en mejores condiciones.
Iberia está inmersa en la puesta en marcha de un plan de contingencia contra la crisis, con el que espera mejorar los resultados de explotación en alrededor de 120 millones de euros y reducir sus necesidades de caja en 200 millones.
Dicho plan supone recortes de capacidad (4,3% para el conjunto de la red, un 10,4% en el mercado doméstico), reducción de gastos en compras y costes externos y un ERE temporal que afectará a un 10% de la plantilla en un plazo de doce meses y que podría "no ser suficiente".
Con este plan, la aerolínea española, que cerrará el año con 'números rojos', espera volver a cifras positivas en 2010. Iberia cerró el primer trimestre del año con una pérdida de 92,6 millones de euros, frente a los 0,4 millones de euros que perdió en el mismo periodo del año anterior.
Por su parte, British Airways tiene previsto incrementar en 600 millones de libras (693 millones de euros) su liquidez mediante la emisión de deuda convertible por valor de 300 millones de libras (346 millones de euros) y a través de la revisión del plan de pensiones, que le permitirá obtener otros 300 millones de libras en garantías (más de 382,7 millones de euros).
British ha fijado unos nuevos términos para su plan de pensiones, con el objetivo de retirar algunas garantías a los bancos, depositadas en 2006 por la compañía, y "sólo accesibles en el caso de que la aerolínea sea insolvente". De esta forma, dispondrá de más de 330 millones de libras (más de 348 millones de euros) en garantías bancarias para aumentar su liquidez en cualquier momento hasta el 21 de junio de 2012.
Además, los pilotos de la aerolínea británica han aceptado la aplicación de un recorte salarial del 2,6%, que permitirá a la aerolínea británica unos ahorros por valor de 26 millones de libras (30,1 millones de euros).