La de hoy es la cuarta jornada de movilizaciones contra la reforma de las pensiones presentada a mediados de mes por el Gobierno y cuya medida estrella es la elevación de la edad mínima para la jubilación de los 60 años actuales a 62.
La Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF), en sus previsiones sobre el impacto del paro -que comenzó ayer a las 20.00 locales- había advertido de que no circularía la mitad de los trenes de alta velocidad con salida en París, ni las dos terceras partes de los que no pasan por la capital, ni el 50% de las líneas internacionales.
Entre estas últimas, se han suspendido los trenes Elipsos que van de París a Madrid y Barcelona, mientras que debían funcionar con normalidad los Eurostar (de París a Londres), los Thalys (de París a Bruselas, Amsterdam y Colonia) o los Lyria (de París a Ginebra y Lausana).
La SNCF había avanzado igualmente que se iban a anular la mitad de los trenes de cercanías en la región de París, la misma proporción de regionales en el resto del país y las tres cuartas partes de los convoyes de largo recorrido, al margen de los de alta velocidad.
La Dirección General de la Aviación Civil (DGAC), ante la huelga de los controladores aéreos, había pedido a las compañías que operan en los dos aeropuertos de París, Roissy Charles de Gaulle y Orly, la reducción del 15% de los vuelos programados entre las 7.00 y las 14.00 locales (entre las 5.00 y las 12.00 GMT).
La DGAC dirigía a los pasajeros hacia las propias compañías para saber cuáles eran los trayectos afectados. La aerolínea de bandera Air France había anunciado que había decidido que las supresiones se hicieran en los trayectos interiores o continentales, y mantuvo todos los de largo recorrido.
El transporte urbano de unas 60 ciudades de todo el país estaba afectado por el llamamiento de los seis sindicatos convocantes de la protesta (Fuerza Obrera, la tercera central del país, había decidido no sumarse, pese a que también se opone radicalmente a la reforma de las pensiones).
En París, la entidad del transporte metropolitano RATP indicó a primera hora de la mañana que circulaban en torno a las tres cuartas partes de los metros y en los trenes de cercanías.
La supresión de trenes y autobuses urbanos ha obligado mucha gente a recurrir al coche particular para desplazarse, lo que ha repercutido en el tráfico rodado, con 260 kilómetros de retenciones en la región de París.