LD (Europa Press) La inversión extranjera directa ascendió a 3.672 millones de euros en 2006 en términos netos, lo que supone un descenso del 65,4 por ciento respecto a 2005, después de una caída del 97,6 por ciento de las operaciones de inversión efectiva, que sólo aportaron un saldo de 170 millones de euros, según datos de la 'Memoria Anual del Sector Exterior', correspondiente al año 2006, publicados por el Ministerio de Industria. En términos brutos, las inversiones extranjeras en España supusieron 13.246 millones de euros el pasado año, un 23,8 por ciento menos que en 2006.
Según el documento, elaborado por el Ministerio de Industria, "la débil actividad en cuanto a operaciones de inversión efectiva" se vio acompañada por un "notable incremento" de las denominadas operaciones de reestructuración –transferencias de inmovilizados financieros dentro de empresas de un mismo grupo–, que se vieron duplicadas, al pasar de las 11.463 a las 22.040 reestructuraciones. Además, las desinversiones crecieron de forma significativa, especialmente por operaciones de venta, cuyo valor ascendió a 8.775 millones de euros. Concretamente, el 93,8 por ciento de estas desinversiones correspondió a la adquisición por parte de residentes de empresas con capital extranjero.
Por sectores, el grupo de actividades inmobiliarias y servicios se llevó la mayor parte de las inversiones (23,7 por ciento), especialmente en el caso de las referidas al ámbito inmobiliario (14 por ciento), seguidas de los transportes y las comunicaciones (23,1 por ciento). Asimismo, la telecomunicaciones alcanzaron una cuota del 14,4 por ciento, pese a descender un 78,5 por ciento en términos absolutos.
En cuanto a la distribución geográfica del origen de las inversiones, el 94,6 por ciento de las inversiones procedieron de países de la OCDE y un 87 por ciento de la UE, si bien, se redujeron en un 32,3 por ciento y un 29,5 por ciento, respectivamente. Más concretamente, Países Bajos y Luxemburgo protagonizaron más del 50 por ciento de las inversiones, al centralizar muchas operaciones de esta naturaleza en ambos países por sus ventajas fiscales. Con todo, destacó el descenso del 61,5 por ciento de las inversiones procedentes de Países Bajos, que se vio compensado con incrementos en el caso de Luxemburgo (93,3 por ciento) y Reino Unido (154,7 por ciento).
El capital español también sale fuera
Frente a la caída de la inversión extranjera, las inversiones netas de España en el exterior supusieron un montante de 54.484 millones de euros (111,9 por ciento), la cifra más alta de la historia, con un saldo 6.000 millones de euros superior a los 48.425 millones invertidos en 2000. Además, las inversiones en términos brutos alcanzaron los 58.838 millones de euros (80,8 por ciento), la segunda cifra más alta de su historia, sólo por detrás de los 60.128 invertidos en 2000.
De entre estas inversiones, destacaron las realizadas en paraísos fiscales durante el pasado año, que se incrementaron un 221,4 por ciento, si bien, las cifras de partida fueron muy bajas, de forma que, tras ascender a 238 millones de euros en términos absolutos en 2006, sólo supusieron el 0,4 por ciento del total de las inversiones brutas. Según indica la Memoria, la razón del alza espectacular de la inversión bruta en el exterior se debe a una importante adquisición en el sector de las telecomunicaciones. Durante el pasado año, el sector fue testigo de la compra de O2 por parte de Telefónica por un importe de 26.000 millones de euros.
Con todo, al margen de esta operación, "los altos beneficios empresariales, la buena coyuntura de los mercados de valores y los todavía bajos tipos de interés constituyeron factores favorables para alentar las inversiones españolas en el exterior en 2006", prosigue el documento. Entre las inversiones realizadas, destacaron las realizadas en compañías cotizadas, que se incrementaron en un 230 por ciento, de forma que pasaron a suponer un 52 por ciento de la inversión bruta efectiva, frente al 30 por ciento en 2005 o el 15 por ciento en 2004.
En cuanto al tipo de operaciones realizadas, un 75 por ciento del total (41.652 millones de euros) fueron adquisiciones, que se incrementaron un 113,2 por ciento. Por su parte, las ampliaciones aumentaron su valor bruto respecto a 2005 en un 18,6 por ciento, aunque vieron reducida su cuota hasta el 17,9 por ciento, en detrimento de las constituciones, que se multiplicaron por más de cuatro respecto a 2005, pasando de representar el 3,4 por ciento a un 7,7 por ciento.
En el caso de las desinversiones, estas cayeron un 42 por ciento respecto a 2005. Tanto las ventas como las liquidaciones disminuyeron en una proporción similar a la observada en 2005 (75 por ciento y 25 por ciento, respectivamente). El principal sector de destino de las inversiones española fue el de los transportes y comunicaciones (54,2 por ciento del total), seguido de la intermediación financiera, banca y seguros (6,8 por ciento) y actividades inmobiliarias (6,2 por ciento). Concretamente, se incrementó la concentración de las inversiones en el subgrupo de las telecomunicaciones, que representó el 44 por ciento de las inversión bruta total.
Por otro lado, el 94,4 por ciento de las inversiones españolas se dirigieron a la OCDE, mientras que un 83 por ciento tuvieron a la UE como destino. De entre los países del entorno europeo, destacó el Reino Unido, donde la inversión española se multiplicó casi por diez en relación a 2005, hasta suponer el 56,2 por ciento del total de las inversiones españolas, porcentaje significativamente más amplio que la cuota del 10,5 por ciento de EE.UU., segundo país de destino.