L D (EFE) Tras aludir al "grave perjuicio" que esta situación acarrearía a los consumidores, las empresas de Unesa, en un comunicado, expresan su preocupación "por los posibles efectos negativos que este tipo de operaciones pudieran conllevar si no fueran realizadas conforme al marco de competencia e igualdad de condiciones, en que deben desarrollar su actividad los subsectores afectados". Con ello, UNESA incide en la necesidad de "asegurar las mejores prestaciones en garantía, calidad y precio de los distintos suministros a los clientes finales".
La Junta de UNESA argumenta que en la actualidad Gas Natural controla el 90 por ciento de los suministros de gas, procedentes, en una importante cuantía, de los contratos que se firmaron por el sector público y le fueron transferidos. Además, controla otro 35 por ciento del operador del sistema de transporte de gas (Enagás) y suma otro 82 por ciento de la distribución de esa energía, así como el 60 por ciento de la comercialización a grandes clientes. Bajo estas premisas, UNESA insiste en la necesidad de que una apertura de los mercados de la electricidad y el gas se haga de forma equilibrada.
De esta forma, se facilitaría que "el juego del mercado permita actuaciones empresariales que respondan a estrategias en condiciones de igualdad, evitando posiciones de ventaja que orienten actuaciones que puedan debilitar el modelo regulatorio global". Cuestiones como competencia y transparencia en el aprovisionamiento y distribución de materias primas como el gas, limitaciones en las participaciones empresariales de actividades reguladas del transporte y garantías de capacidad, entre otras, precisan, a juicio de UNESA de "desarrollos regulatorios complementarios que garanticen el equilibrio sectorial evitando las actuales asimetrías a favor del gas".
En este sentido, la patronal eléctrica recuerda que en la planificación energética contemplada por el Gobierno, las centrales alimentadas con gas natural asegurarán en un breve plazo una porción muy significativa del abastecimiento eléctrico, y es en ese marco, donde el gas natural aparece como un combustible fundamental y como garantía para que el suministro eléctrico llegue a los consumidores en adecuadas condiciones de competencia.
La Junta de UNESA argumenta que en la actualidad Gas Natural controla el 90 por ciento de los suministros de gas, procedentes, en una importante cuantía, de los contratos que se firmaron por el sector público y le fueron transferidos. Además, controla otro 35 por ciento del operador del sistema de transporte de gas (Enagás) y suma otro 82 por ciento de la distribución de esa energía, así como el 60 por ciento de la comercialización a grandes clientes. Bajo estas premisas, UNESA insiste en la necesidad de que una apertura de los mercados de la electricidad y el gas se haga de forma equilibrada.
De esta forma, se facilitaría que "el juego del mercado permita actuaciones empresariales que respondan a estrategias en condiciones de igualdad, evitando posiciones de ventaja que orienten actuaciones que puedan debilitar el modelo regulatorio global". Cuestiones como competencia y transparencia en el aprovisionamiento y distribución de materias primas como el gas, limitaciones en las participaciones empresariales de actividades reguladas del transporte y garantías de capacidad, entre otras, precisan, a juicio de UNESA de "desarrollos regulatorios complementarios que garanticen el equilibrio sectorial evitando las actuales asimetrías a favor del gas".
En este sentido, la patronal eléctrica recuerda que en la planificación energética contemplada por el Gobierno, las centrales alimentadas con gas natural asegurarán en un breve plazo una porción muy significativa del abastecimiento eléctrico, y es en ese marco, donde el gas natural aparece como un combustible fundamental y como garantía para que el suministro eléctrico llegue a los consumidores en adecuadas condiciones de competencia.