L D (EFE) En su último Boletín Económico, esta institución prevé que el efecto total de la reforma del IRPF sobre el PIB sea de cerca de cuatro décimas, una vez tenidos en cuenta el impacto sobre el consumo y el incremento de la inversión y de las importaciones inducido por el aumento de la demanda final. Por su parte, el empleo podría aumentar alrededor de tres décimas, de acuerdo con este análisis.
El aumento de la demanda generaría sólo una ligera presión sobre los precios, dada la actual posición cíclica de la economía, añade el informe. No obstante, el Banco de España insta a tomar con "cautela" estos datos dado que se han obtenido con un modelo macroeconómico de recuperación de la economía española hasta situarse en su senda de crecimiento potencial en los dos próximos años.
Respecto a las finanzas públicas, añade que la menor recaudación que aportará este impuesto supondrá una caída de cuatro puntos en el porcentaje que los ingresos públicos representan en el PIB. No obstante, ese efecto se vería parcialmente compensado por el previsible mayor volumen de ingresos procedentes de los impuestos indirectos que gravan el esperado mayor consumo.
Según esta institución, el peso del IRPF en el conjunto de los ingresos fiscales se situó en torno al 19 por ciento anual en el periodo 1999-2002, lo que lo convierte en una de las principales figuras tributarias por su capacidad recaudatoria. Para este organismo, la reforma del IRPF ha supuesto una reducción de la presión fiscal vinculada a este impuesto y, por lo tanto, una menor capacidad recaudatoria. Por su parte, el secretario de Estado de Hacienda, Estanislao Rodríguez Ponga, ha afirmado que los ingresos impositivos en 2002 fueron el 35,48 por ciento del PIB, tasa "ligeramente" superior al 35 por ciento del 2001, debido sobre todo a los ingresos obtenidos por el Impuesto sobre Sociedades que pagan las empresas.
El aumento de la demanda generaría sólo una ligera presión sobre los precios, dada la actual posición cíclica de la economía, añade el informe. No obstante, el Banco de España insta a tomar con "cautela" estos datos dado que se han obtenido con un modelo macroeconómico de recuperación de la economía española hasta situarse en su senda de crecimiento potencial en los dos próximos años.
Respecto a las finanzas públicas, añade que la menor recaudación que aportará este impuesto supondrá una caída de cuatro puntos en el porcentaje que los ingresos públicos representan en el PIB. No obstante, ese efecto se vería parcialmente compensado por el previsible mayor volumen de ingresos procedentes de los impuestos indirectos que gravan el esperado mayor consumo.
Según esta institución, el peso del IRPF en el conjunto de los ingresos fiscales se situó en torno al 19 por ciento anual en el periodo 1999-2002, lo que lo convierte en una de las principales figuras tributarias por su capacidad recaudatoria. Para este organismo, la reforma del IRPF ha supuesto una reducción de la presión fiscal vinculada a este impuesto y, por lo tanto, una menor capacidad recaudatoria. Por su parte, el secretario de Estado de Hacienda, Estanislao Rodríguez Ponga, ha afirmado que los ingresos impositivos en 2002 fueron el 35,48 por ciento del PIB, tasa "ligeramente" superior al 35 por ciento del 2001, debido sobre todo a los ingresos obtenidos por el Impuesto sobre Sociedades que pagan las empresas.