LD (EFE) Según datos de la Comisión Europea, en 1960 la renta per cápita en España equivalía al 59,5 por ciento de la media de la UE, porcentaje que fue aumentando paulatinamente hasta el 65,8 por ciento de 1962, el 69,4 por ciento de 1965, el 72,4 por ciento de 1968 o el 74 por ciento alcanzado en 1969.
Esto significa que sólo en la década de los años sesenta, la renta por habitante había recortado su diferencia con la media comunitaria en 14,5 puntos porcentuales. Sin embargo, al año siguiente, 1970, se quebró esta trayectoria en el proceso de convergencia real, ya que hubo un retroceso de siete décimas hasta llegar al 73,3 por ciento.
En los siguientes cinco años, de 1971 al 75, la renta per cápita española volvió a avanzar posiciones en comparación con la media de la UE, lo que permitió terminar el ejercicio de 1975 en el 79,9 por ciento. Los diez años que vinieron a continuación significaron un alejamiento de esa convergencia real, que hizo que en 1977 España se situara en el 77,8 por ciento de la media europea, en 1980 en el 73 por ciento y en 1985 en el 71,5 por ciento.
Esa tendencia se invirtió nuevamente en 1986, cuando la renta per cápita de los españoles alcanzó el 71,8 por ciento de la media de la UE, en 1988 el 74,3 por ciento y en 1991 se aproximó al 80 por ciento. Después de unos años de altibajos, en 1995 la renta por habitante se situó en el 78,2 por ciento de la comunitaria, porcentaje desde el cual pasó al 79,9 por ciento en 1997, al 82,3 por ciento en el 2000, al 84,5 por ciento en el 2002 y al 87 por ciento en el 2003.
En los siguientes cinco años, de 1971 al 75, la renta per cápita española volvió a avanzar posiciones en comparación con la media de la UE, lo que permitió terminar el ejercicio de 1975 en el 79,9 por ciento. Los diez años que vinieron a continuación significaron un alejamiento de esa convergencia real, que hizo que en 1977 España se situara en el 77,8 por ciento de la media europea, en 1980 en el 73 por ciento y en 1985 en el 71,5 por ciento.
Esa tendencia se invirtió nuevamente en 1986, cuando la renta per cápita de los españoles alcanzó el 71,8 por ciento de la media de la UE, en 1988 el 74,3 por ciento y en 1991 se aproximó al 80 por ciento. Después de unos años de altibajos, en 1995 la renta por habitante se situó en el 78,2 por ciento de la comunitaria, porcentaje desde el cual pasó al 79,9 por ciento en 1997, al 82,3 por ciento en el 2000, al 84,5 por ciento en el 2002 y al 87 por ciento en el 2003.