LD (Europa Press) "Parece que la economía se expandirá a un paso moderado durante los próximos trimestres", señala la nota, que agrega que los últimos datos de inflación subyacente "han mejorado de manera modesta durante los últimos meses". El anuncio coincide con el primer aniversario de Ben Bernanke al frente de la institución, ya que sustituyó a Alan Greenspan en la presidencia de la Fed el pasado 1 de febrero. Los analistas y el consenso del mercado ya descontaban que la Fed mantendría los tipos en el nivel actual y descartaron una rebaja de los mismos pese a la ralentización estadounidense, gracias a que los últimos indicadores económicos han evolucionado mucho mejor de lo esperado.
De hecho, los datos del crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) estadounidense, publicados este miércoles, se situaron por encima de los esperado por los analistas, al aumentar un 3,4 por ciento en 2006, dos décimas más que en el año anterior, después de haber registrado un fuerte crecimiento en los últimos meses del año. El dato se ha situado muy por encima de las previsiones de los analistas, que esperaban que el crecimiento económico estadounidense resultara más perjudicado por el enfriamiento del mercado de la vivienda.
La mejora en el resultado anual se debe sobre todo al aumento de la inversión privada y a la aceleración de las exportaciones. Las rúbricas que más contribuyeron al crecimiento del país fueron el gasto de consumo, las exportaciones, el equipamiento y la actividad de 'software'. Los últimos datos sobre el mercado de vivienda estadounidense apuntan a una estabilización del mismo, y la inflación evoluciona favorablemente gracias al descenso de los precios de la energía, con un petróleo por debajo de los 60 dólares el barril. El IPC de Estados Unidos aumentó un 2,5 por ciento en 2006, la tasa más baja en tres años, muy por debajo del 3,4 por ciento de 2005, cuando los precios se dispararon debido al incremento de los precios energéticos por el Huracán Katrina.
Pese a ello, la Fed siempre ha expresado sus preocupaciones sobre los riesgos que pesan sobre el IPC norteamericano, aunque su evolución durante el pasado año se ha visto beneficiada de un fuerte retroceso de los precios de la energía, que aumentaron en 2006 un 2,9 por ciento, una cifra muy inferior al 17,1 por ciento de 2005. El precio del petróleo se relajó notablemente durante 2006, a pesar de los máximos de 78 dólares en barril marcados durante el pasado mes de agosto debido a la confluencia de conflictos geopolíticos, como el conflicto armado de Israel sobre Líbano, la negativa de Irán a renunciar a su programa nuclear y el cierre de Prudhoe Bay, el mayor yacimiento petrolífero de Alaska. Sin embargo, a partir de septiembre los precios comenzaron a bajar y a situarse por debajo de los 60 dólares el barril, lo que motivó que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) recortara la producción en 1,5 millones de barriles diarios el pasado mes de noviembre. Está previsto que se ejecute un nuevo recorte adicional de 500.000 barriles en febrero para contener la caída de los precios, motivada principalmente por las elevadas temperaturas invernales y el incremento de las reservas de combustibles a nivel internacional.
Los tipos podrían subir
Aunque el mercado daba por descontado que debido a la ralentización estadounidense la Fed podría ejecutar alguna reducción de tipos durante 2007, la evolución de los principales indicadores macroeconómicos ha hecho cambiar de opinión a los analistas, que creen incluso que podrían subir. De hecho, un informe de American Express Funds alertaba ayer sobre la posibilidad de que se produzca una subida en la primera mitad de 2007. El informe afirma que la inflación subyacente se está acercando a la "zona de comodidad" del 1-2 por ciento, "pero las presiones seguirán siendo elevadas si el mercado laboral se sigue caracterizando por la escasez de mano de obra y el crecimiento económico se mantiene en torno a su tendencia natural".