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La solución de Industria para salvar el turismo pasa por fomentar la llegada de ancianos de la UE

El secretario de Estado de Turismo, Joan Mesquida, ha decidido seguir el ejemplo del presidente del Gobierno, negando los efectos de la crisis y sostiendo la vieja teoría que dice que el pesimismo no crea puestos de trabajo. A su juicio las previsiones son “optimistas”, a pesar de la bajada de las pernoctaciones en los hoteles, casas rurales y zonas de acampada. No obstante, considera necesario revitalizar la actividad y para ello, defiende un programa para atraer turistas europeos de la tercera edad.

El secretario de Estado de Turismo, Joan Mesquida, ha decidido seguir el ejemplo del presidente del Gobierno, negando los efectos de la crisis y sostiendo la vieja teoría que dice que el pesimismo no crea puestos de trabajo. A su juicio las previsiones son “optimistas”, a pesar de la bajada de las pernoctaciones en los hoteles, casas rurales y zonas de acampada. No obstante, considera necesario revitalizar la actividad y para ello, defiende un programa para atraer turistas europeos de la tercera edad.
(Libertad Digital) El turismo ha sido el último sector en sumarse a la crisis, tras la debacle inmobiliaria, la pérdida de vigor de los servicios y la mala actividad industrial. De hecho, el ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, ha abandonado su discurso triunfalista  y ve con preocupación los malos resultados de la campaña estival, que provocará, entre otros efectos, el cierre de muchas agencias de viajes este otoño.
 
Pero su segundo de a bordo no opina de la misma forma, o al menos eso se desprende de su intervención en un encuentro con empresarios turísticos en Barcelona, donde este lunes invitó a los participantes a estar “moderadamente esperanzados” en la capacidad de resistencia del sector en un entorno económico complicado.
 
 “El pesimismo no atrae turistas, hay que seguir trabajando”, dijo Mesquida , en línea con la tesis que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, defiende desde hace meses.
 
Acto seguido, y como muestra de que el propio Mesquida duda de la bonanza del turismo en España, avanzó que las mejores herramientas para luchar contra la crisis es “a través de planes que mejoren el producto que ofrece España y que se produzca una desestacionalización de las llegadas”, de forma que la actividad se extienda al resto del año y que vaya más allá de la campaña estival.
 
A este respecto, explicó que el plan de Turismo Social Europeo que prepara el Ejecutivo pretende atraer a turistas “seniors” del continente europeo (entre 55 y 75 años) para que realicen viajes de entre una y dos semanas a España siguiendo un modelo parecido a los viajes organizados por Imserso. También mencionó el Plan Renove al que el Gobierno quiere someter las infraestructuras turísticas a partir del próximo año a través de instrumentos financieros de bajo interés que se están acordando con el Instituto de Crédito Oficial (ICO).
 
Realizar un diagnostico adecuado
 
Mesquida destacó la importancia de mejorar los instrumentos que dan información y diagnóstico del sector en España, tales como las encuestas. Apuntó al Plan Horizonte 2020, que calificó como "la hoja de ruta" que deberá seguir el sector para repensar su estrategia. El plan está dotado con 324 millones este año y, entre las líneas principales, plantea la creación de una red donde todos los agentes del sector puedan compartir información.
 
Y es que, por mucho que desde el Gobierno se pongan paños calientes, las cifras son incontestables. Según cifras de los siete primeros meses del año, el número de turistas extranjeros creció un 0,2 por ciento, es decir, con leves repuntes de los procedentes de Alemania (uno de los principales países emisores), el estancamiento en Reino Unido y una caída del 5 por ciento en los turistas franceses.
 
El pasado mes de junio, los hoteles españoles registraron más de 27,8 millones de pernoctaciones en junio, lo que supone un descenso del 2,3 por ciento respecto al mismo mes de 2007, mientras que los precios hoteleros subieron un 1,6 por ciento (por debajo de la inflación).
 
Las pernoctaciones bajaron tanto en residentes, cuya tasa interanual fue del -3,6 por ciento, como en los no residentes, que registraron una variación del -1,4 por ciento, según los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE). Por otro lado, los ingresos hoteleros cayeron 1,6 puntos respecto al incremento registrado en el mismo mes de 2007.
 

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