LD (EFE) La Eurocámara dio luz verde de forma definitiva al compromiso que sus representantes habían sellado previamente con los Estados miembros para sacar adelante la iniciativa por la vía rápida, antes de la disolución de la cámara para las elecciones europeas de junio.
Las normas aprobadas refuerzan la vigilancia sobre las agencias de calificación que, para el PE, fracasaron a la hora de detectar el empeoramiento de las condiciones del mercado financiero que desembocaron en la crisis financiera.
La principal medida del paquete es la creación de un registro controlado por el Comité europeo de reguladores bursátiles (CESR, siglas en inglés), una institución que verá aumentadas sus competencias en el ámbito de la supervisión. Además, se aumentan las exigencias para garantizar que las agencias cuentan con la información suficiente para emitir calificaciones y para evitar conflictos de intereses, dado que evalúan a las mismas entidades que pagan sus servicios.
La nueva legislación potencia también la independencia de las agencias, que estarán obligadas a contar con varios administradores independientes, cuya retribución no esté supeditada a los resultados de la agencia.
Asimismo, estarán sujetas a nuevas exigencias de transparencia y, así, tendrán que publicar un informe anual sobre sus actividades y divulgar la identidad de sus veinte clientes más grandes, en relación con los ingresos que les proporcionan. Todos los grandes grupos de agencias que operan en más de un país de la UE tendrán asignado un colegio de supervisores con representantes de los Estados en los que están presentes.
La UE supervisará las calificaciones extranjeras
En cuanto a la supervisión de las agencias de países extracomunitarios, uno de los puntos que suscitó más debate en las instituciones europeas, finalmente se decidió que sus calificaciones tendrán que ser respaldas por una agencia europea.
Esa entidad será responsable de controlar que las actividades de la compañía extracomunitaria cumplen con los requisitos impuestos en los Veintisiete. Al mismo tiempo, y pensando esencialmente en las agencias de fuera de la UE más pequeñas, se establecerá un régimen de certificación que permitirá trabajar en Europa a aquellas que tengan un marco legal similar en sus países de origen. En el Consejo de la UE, algunos países, entre ellos España, no apoyaron la reforma al considerar que éste y otros puntos rebajaban en exceso la propuesta original de la Comisión Europea.
Finalmente, el acuerdo entre los Veintisiete salió adelante con mayoría cualificada. A partir de ahora, los Estados miembros tendrán 6 meses para aplicar las nuevas normas, con la excepción de las medidas que afectan a las agencias de fuera de la UE, para lo que habrá un periodo transitorio de un año y medio.