(Libertad Digital) El sector aéreo español está en pie de guerra tras el apoyo político y financiero que ha dado la Generalidad de Cataluña a la adquisición del 80% de Spanair al grupo escandinavo SAS. La operación, apadrinada por el presidente de Turismo Barcelona, jefe de la cadena hotelera Hotusa y ex presidente del FC Barcelona, Joan Gaspart, ha levantado ampollas en el sector, ya que el uso de dinero público para salvar la compañía distorsionará el mercado y generará competencia desleal.
Así, Catalana d´Iniciatives –un fondo participado en un 27% por el gobierno regional de José Montilla-, el propio Ayuntamiento de Barcelona y un grupo de inversores privados han acordado la compra del 80% de Spanair. La compra se llevará a cabo mediante una ampliación de capital y la intención de los nuevos dueños es potenciar el aeropuerto del Prat como gran centro de conexiones internacionales.
Así, las empresas del sector aéreo ven como una compañía que parecía tener los días contados resurge con fuerza con dinero de los contribuyentes y con el respaldo de los partidos catalanes. Las aerolíneas temen que el modelo de negocio de Spanair no prime la rentabilidad, sino que responda a los intereses nacionalistas.
Razón no les falta. Desde que el socialista José Montilla tomó en 2006 el relevo de Pasquual Maragall al frente del poder autonómico catalán, él y su consejero de Obras Públicas, Joaquim Nadal, han puesto toda la carne en el asador para lograr la competencia del Aeropuerto de El Prat (en manos de la entidad estatal Aena) y que el sector privado cuelgue la bandera catalana a una aerolínea que opere desde este aeropuerto.
Y la intervención de empresas no es algo que realice sólo el Partido Socialista de Cataluña (PSC). El martes el presidente de CiU, Artur Mas emplazó al Gobierno a “poner fin al monopolio” de Aena sobre El Prat y a reformular el modelo de gestión aeroportuaria, con el fin de “ayudar a reflotar” Spanair.
Más manifestó su “satisfacción” por la compra de la aerolínea y llegó a acusar a Montilla de “tirar la toalla” respecto a la reclamación de las competencias regionales en materia aeroportuaria. Finalmente, le pidió “que presione” al presidente del Gobierno para que ceda la gestión a la Generalidad . Una vez más, la separación entre lo público y privado brilla por su ausencia.
Pero la nota la dío el presidente de ERC en Barcelona, Jordi Portabella, quien directamente exigió que Spanair cambie de nombre para que la empresa “se identifique más con el territorio”. No obstante, los nuevos propietarios, descartan, por el momento, modificar la marca de la aerolínea, aunque todo dependerá de lo que exiga la Generalidad, al estar en el capital de la empresa.
Por su parte, el presidente del PP, Mariano Rajoy, considera que el capital público debe retirarse de Spanair cuando “esta se recupere”. Es decir, que Rajoy defiende que el dinero de los impuestos se dedique a salvar compañías en crisis, lo que atenta contra la libertad de empresa, la competencia leal y, en definitiva, contra los bolsillos de los ciudadanos. La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, no sabe no contesta.
Montilla se pone de ejemplo
El presidente catalán, José Montilla, puso este miércoles de ejemplo la compra de Spanair para explicar cuál debe ser el camino por el que Cataluña salga de la actual situación de crisis económica, y es con la "unión" de sus empresarios e instituciones.
En la sesión de control del Parlamento regional, Montilla se refirió con "satisfacción" a la compra de Spanair, en una operación que calificó de "privada" en la que la Generalitat, según Montilla, ha ayudado en todo lo que ha podido.
Montilla, que expresó el deseo de que esta operación sea un "éxito", alabó la "valentía y empuje" de los empresarios que han liderado la compra de la compañía y, sobre todo, se ha felicitado porque "cuando la sociedad civil catalana, sus empresarios y sus instituciones trabajan y van a una, esta sociedad, nuestro país, avanza".
El presidente de la Generalitat cree que la operación de Spanair es una "lección" de la que aprender en el futuro y cree que con iniciativas como ésta "Cataluña puede hacer lo que se proponga" si va "unida".
Conte rechaza usar los impuestos para rescatar empresas
La principal aerolínea afectada, Iberia, no ha querido pronunciarse oficialmente sobre esta operación, aunque su presidente, Fernando Conte dice que le generan “profunda preocupación” las operaciones de rescate por parte de las Administraciones Públicas de “aerolíneas sin viabilidad”. Conte hizo estas manifestaciones en un encuentro de la alianza One World y citó expresamente el caso de la compañía italiana Alitalia.
Aunque no sacó a colación la operación de Spanair, Conte dejó claro que no comparte que el Estado o las comunidades autónomas se gasten el dinero de las esquilmadas arcas públicas en ayudar a empresas en vías de desaparecer. El empresario afirmó que es "mucho cante" que los impuestos de los ciudadanos de los países nórdicos (cuyos Estados son accionistas de SAS) hayan servido durante años para mantener una empresa deficitaria en el sur de Europa como es Spanair.
No es la primera vez que el presidente de Iberia se pronuncia en este sentido, ya que en referencia al AVE, dijo el pasado abril que le preocupaba que su principal competidor en la ruta Madrid-Barcelona sea una empresa pública (Renfe) disfrazada de privada por el Gobierno con su ley de liberalización ferroviaria.
En cuanto al resto de competidores, Air Berlin considera "cuestionable" la entrada de capital público en el sector aéreo español una vez superada la privatización de Iberia y Vueling, que se reivindica como la aerolínea de Barcelona tras la fusión con Clickair, cree que "sólo hay que estar vigilante para que se haga un buen uso de los recursos públicos, no haya favoritismos en adelante y no se rompa la neutralidad de las administraciones".
Finalmente, Air Europa no ve problemas porque la entrada de capital público es "indirecta" y se muestra confiada en que la competencia se seguirá moviendo a partir de ahora "en los patrones habituales".