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Las cajas han pedido ya 10.000 millones al FROB

Miguel Ángel Fernández Ordóñez, informó hoy de que siete procesos de fusión o alianzas entre cajas de ahorros han pedido unos 10.000 millones de euros al Fondo de Reordenación Ordenada Bancaria (FROB), dotado actualmente con 12.000 millones.

Por el contrario, otros cinco procesos, hasta sumar la docena puestos en marcha, no han requerido apoyo público de dicho fondo, explicó en su comparecencia ante la Comisión de Economía en el Congreso.

A juicio del gobernador, la reestructuración de las cajas "está hecha" y ahora hay que mirar al futuro y a las modificaciones legislativas, para lo que es "magnífico" que los dos grandes partidos se hayan puesto de acuerdo.

Aún así admitió que "seguramente" la reestructuración del sector ha sido "lenta", pero explicó que ello se debió a que el Parlamento eligió que el proceso fuera "voluntario", algo importante porque da como resultado unas fusiones "con más posibilidades de supervivencia y continuidad que las impuestas".

Y a poco más de una semana para que termine el plazo dado por Bruselas para que el FROB conceda ayudas, Fernández Ordóñez aclaró que la otra función del fondo, la de aprobar procesos de reestructuración individuales, se mantiene vigente.

Al margen del apoyo del FROB, Caja Castilla La Mancha (CCM) recibió una ayuda de 3.775 millones del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) de las cajas, que se nutre de las aportaciones de las propias entidades.

Fernández Ordóñez destacó también que de las 45 cajas de ahorros españolas, 38, ó 39 si se incluye a la intervenida Cajasur, participan actualmente en procesos de integración, que afectan al 92 por ciento de los activos de las cajas.

Así repasó que ya están autorizadas las fusiones de Caixa Catalunya con las de Tarragona y Manresa, con una ayuda del FROB de 1.250 millones; la de Sabadell, Tarrasa y Manlleu (380 millones) y la de Caja España con Caja Duero (525 millones).

También están aprobadas, aunque no requerirán recursos públicos, la creación de un Sistema Institucional de Protección (SIP) entre Caja Navarra, la General de Canarias y Caja Burgos, así como la fusión entre Unicaja y Caja Jaén.

Mientras que quedan por recibir el visto bueno del gobernador, el SIP entre la Caja Mediterráneo (CAM), Cajasur, y las de Cantabria y Extremadura, que han pedido unos 1.400 millones; la alianza entre Caja Madrid, Bancaja y otras cinco entidades, que requerirá "más de 4.000 millones" -ellas pidieron 4.465 millones- y la fusión entre Caixanova y Caixa Galicia, que demandó una ayuda de 1.100 millones.

También están pendientes de la aprobación del supervisor, aunque ninguna de ellas ha pedido ayudas, las fusiones entre La Caixa y Caixa Girona, la de CajaSol con Caja Guadalajara, y el SIP de Caja Inmaculada, el Círculo de Burgos y Caja Badajoz.

En todos estos procesos, tal y como adelantó la semana pasada el subgobernador del Banco de España, Javier Aríztegui, también en el Congreso, se plantea reducir una media de oficinas de entre el 20 y el 25 por ciento y un recorte de personal próximo al 15 por ciento.

Respecto a la opción elegida por las cajas para unirse, ya sea a través de una fusión plena o con la creación de un SIP con el que compartir riesgos, Fernández Ordóñez alabó las dos vías.

Es más, reconoció que el SIP, "una idea ingeniosa nacida en España", ha facilitado los acuerdos y ofrece la ventaja comercial de mantener las marcas originarias de cada caja, al tiempo que supone una alianza seria y "difícilmente reversible" durante al menos una década.

También admitió que siempre se puede pensar que se podía haber hecho más, pero insistió en que España ha aguantado mejor la crisis porque tenía unas provisiones genéricas que ahora el resto de países quieren imitar.

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