Esta idea ya había sido recogida, hace un par de días, por el Banco Mundial, que en su último informe semestral afirma que el gigante asiático dará muestras de recuperación en el segundo semestre del año, pudiendo, incluso, ayudar a recuperarse a los países de la región.
El pasado marzo el índice de gestión de compra se situó en 52,4 (superando por primera vez la barrera de los 50, considerado el límite que marca la separación entre la expansión y la contracción por primera vez en medio año), lo que se ha interpretado como una señal de que la crisis, en China, podría haber ya tocado fondo.
"Puede estar emergiendo un rayo de esperanza con la señal de que la economía china podría llegar a su mínimo a mediados de 2009", indica el informe del Banco Mundial.
No parece que ése sea el caso, sin embargo, de las importaciones, que todavía no han logrado repuntar de su carrera descendente. Si en febrero habían caído un 24,1% interanual, en marzo lo hicieron en un 25,1% (hasta los 71.730 millones de dólares, o 54.62 millones de euros).
El valor total de importaciones y exportaciones, mientras tanto, se redujo en un 20,9%, y cerró el mes con 162.020 millones de dólares (123.364 millones de euros). El superávit, por su parte, creció un 41,2% frente a marzo del año pasado, al situarse en 18.560 millones de dólares (14.132 millones de euros).