El sindicato, que alega que la compañía rechaza cualquier oferta desde principios de año en la negociación en la que se hayan inmersos, reclama a la compañía una mejora de las condiciones salariales de los pilotos -un aumento salarial del 6,4% para este año- y la garantía de que "no se sustituya a trabajadores alemanes por otros de países en que la aerolínea tenga empresas subsidiarias".
El colectivo teme verse desplazado por el personal de las nuevas filiales del grupo, como Lufthansa Italia o Austrian Airlines. Tras la ruptura de las negociaciones a finales de diciembre, el portavoz del sindicato, Joerg Handwerg, denunció las "concesiones masivas" exigidas a los pilotos por parte de la aerolínea, sin que esta garantizase ninguna de sus exigencias.
El sindicato asegura que pese a la desaceleración económica mundial, Lufthansa presentará un resultado positivo en 2009, y en todo caso, achacó posibles pérdidas como resultado de la adquisición de otras compañías extranjeras.
VC recordó que gracias a un gestión más flexible se redujo en un 12% el coste salarial de los pilotos el año pasado, por lo que exigió que cualquier recorte adicional se haga bajo la condición de que no se desplacen personal a otras filiales fuera de Alemania, condición que la compañía no acepta. "Estamos en huelga porque no queremos que para capear la crisis se destruyan puestos de trabajo en el futuro", afirmó en un comunicado.
Impacto de 100 millones
Por su parte, Lufthansa calificó la convocatoria de "totalmente inapropiada", ya que llega a pesar de la voluntad demostrada por la compañía para alcanzar una solución negociada. La aerolínea alemana cifró el impacto de los costes de la huelga de pilotos del grupo en cerca de 100 millones de euros, según confirmaron a Europa Press fuentes del grupo.
Lufthansa asegura que las demandas del sindicato no pueden aceptarse porque mermarían los planes marcados por la compañía para reducir sus costes. Lufthansa, que registró unas pérdidas de 32 millones de euros en los nueve primeros meses de 2009, lanzó en el tercer trimestre un programa de ajuste para salvaguardar los ingresos de la aerolínea y ahorrar unos 1.000 millones de euros para finales de 2011.
"Una huelga puede dañar considerablemente la compañía, a sus clientes y al personal", señaló en un comunicado, en el que instó al sindicato a volver a la mesa de negociación para encontrar una solución "constructiva". Finalmente, Lufthansa señaló que trabajará para minimizar el impacto de los paros en sus pasajeros.