L D (EFE) El rechazo de más del 50 por ciento del capital supone, según los términos del acuerdo alcanzado con Severstal, la paralización de la operación. La asamblea reunió al 60,43 por ciento del capital de Arcelor, presente o representado.
El presidente de Arcelor, Joseph Kinsch, se mostró, al término del encuentro, "ilusionado" por las perspectivas futuras de la compañía e insistió en que el acuerdo con Severstal no fue utilizado por la dirección del grupo europeo para forzar a Mittal Steel a mejorar su oferta, lo que finalmente hizo la compañía anglo-india.
Kinsch confirmó que el consejero delegado de Arcelor, Guy Dollé, quien abanderó la estrategia defensiva del grupo frente a la opa de Mittal Steel, seguirá en su puesto hasta que concluya la oferta y se mostró convencido de que participará "muy activamente" en la integración de las dos compañías. "Dollé no debe hacer las maletas", subrayó Kinsch y añadió que Arcelor tendrá la posibilidad, una vez concluida la opa, de proponer un nuevo presidente para la dirección general del grupo, en sustitución de Dollé.
Ante la junta, el presidente de Arcelor reconoció que el acuerdo con Severstal llegó "tarde" y no fue bien entendido por los mercados. Insistió en que la fusión con la compañía rusa es una buena opción, pero aseguró que la operación con Mittal Steel "es mejor", después de que el grupo anglo-indio elevara su oferta y asumiera diversos compromisos sobre el modelo de gestión de la compañía resultante, que se llamará Arcelor-Mittal.
Kinsch recordó que, si la unión con Mittal sale adelante -lo que es previsible, después de que Arcelor haya recomendado a sus accionistas que acepten la opa-, se mantendrán todos los planes de inversión y compromisos de Arcelor y no habrá recortes de empleo en las plantas del grupo europeo.
Los directivos de Arcelor se enfrentaron en la asamblea a un duro interrogatorio por parte de algunos accionistas, que mostraron serias dudas sobre la viabilidad del proyecto de fusión con Mittal Steel, cuyas estimaciones de valor cuestionan, y criticaron la "absurda" situación de votar una operación –la de Severstal– que ya está descartada.
También preguntaron a Kinsch qué queda de las críticas al modelo industrial y de gestión de Mittal Steel y denunciaron la "confusa" y en ocasiones incompleta información sobre los diferentes proyectos que se les ha proporcionado a lo largo de los últimos meses.
Varios asistentes a la junta mostraron su preocupación por el desacuerdo patente entre Arcelor y Mittal Steel sobre el futuro de la siderúrgica canadiense Dofasco, adquirida a principios de año por Arcelor, y que Mittal Steel pretende vender a ThyssenKroup. El presidente de Arcelor hizo hincapié en el compromiso de Mittal Steel de aceptar el "modelo Arcelor", centrado en la creación de valor y no en el tamaño, y también su sistema de gobierno corporativo.
Explicó que, tras una larga negociación y la mejora de la oferta, las dos partes han decidido hacer "borrón y cuenta nueva" y centrarse en la organización de la nueva compañía. Sobre Dofasco, admitió que todavía no están de acuerdo, pero prefirió esperar a que termine la opa para "sentarse a negociar el proyecto industrial" de la compañía resultante.
Los accionistas no votaron este viernes como estaba previsto, la petición de un grupo de partícipes de convocar una nueva junta extraordinaria para analizar la unión con Severstal, tras comprobar que el grupo no reúne el 20 por ciento del capital requerido para incluir propuestas en las asambleas.
El futuro de Arcelor –creada en 2002 tras la fusión de la luxemburguesa Arbed, la española Aceralia y la francesa Usinor– se clarificará en las próximas semanas, ya que el 12 de julio termina el plazo para que los accionistas decidan si aceptan o no la opa de Mittal Steel.
El presidente de Arcelor, Joseph Kinsch, se mostró, al término del encuentro, "ilusionado" por las perspectivas futuras de la compañía e insistió en que el acuerdo con Severstal no fue utilizado por la dirección del grupo europeo para forzar a Mittal Steel a mejorar su oferta, lo que finalmente hizo la compañía anglo-india.
Kinsch confirmó que el consejero delegado de Arcelor, Guy Dollé, quien abanderó la estrategia defensiva del grupo frente a la opa de Mittal Steel, seguirá en su puesto hasta que concluya la oferta y se mostró convencido de que participará "muy activamente" en la integración de las dos compañías. "Dollé no debe hacer las maletas", subrayó Kinsch y añadió que Arcelor tendrá la posibilidad, una vez concluida la opa, de proponer un nuevo presidente para la dirección general del grupo, en sustitución de Dollé.
Ante la junta, el presidente de Arcelor reconoció que el acuerdo con Severstal llegó "tarde" y no fue bien entendido por los mercados. Insistió en que la fusión con la compañía rusa es una buena opción, pero aseguró que la operación con Mittal Steel "es mejor", después de que el grupo anglo-indio elevara su oferta y asumiera diversos compromisos sobre el modelo de gestión de la compañía resultante, que se llamará Arcelor-Mittal.
Kinsch recordó que, si la unión con Mittal sale adelante -lo que es previsible, después de que Arcelor haya recomendado a sus accionistas que acepten la opa-, se mantendrán todos los planes de inversión y compromisos de Arcelor y no habrá recortes de empleo en las plantas del grupo europeo.
Los directivos de Arcelor se enfrentaron en la asamblea a un duro interrogatorio por parte de algunos accionistas, que mostraron serias dudas sobre la viabilidad del proyecto de fusión con Mittal Steel, cuyas estimaciones de valor cuestionan, y criticaron la "absurda" situación de votar una operación –la de Severstal– que ya está descartada.
También preguntaron a Kinsch qué queda de las críticas al modelo industrial y de gestión de Mittal Steel y denunciaron la "confusa" y en ocasiones incompleta información sobre los diferentes proyectos que se les ha proporcionado a lo largo de los últimos meses.
Varios asistentes a la junta mostraron su preocupación por el desacuerdo patente entre Arcelor y Mittal Steel sobre el futuro de la siderúrgica canadiense Dofasco, adquirida a principios de año por Arcelor, y que Mittal Steel pretende vender a ThyssenKroup. El presidente de Arcelor hizo hincapié en el compromiso de Mittal Steel de aceptar el "modelo Arcelor", centrado en la creación de valor y no en el tamaño, y también su sistema de gobierno corporativo.
Explicó que, tras una larga negociación y la mejora de la oferta, las dos partes han decidido hacer "borrón y cuenta nueva" y centrarse en la organización de la nueva compañía. Sobre Dofasco, admitió que todavía no están de acuerdo, pero prefirió esperar a que termine la opa para "sentarse a negociar el proyecto industrial" de la compañía resultante.
Los accionistas no votaron este viernes como estaba previsto, la petición de un grupo de partícipes de convocar una nueva junta extraordinaria para analizar la unión con Severstal, tras comprobar que el grupo no reúne el 20 por ciento del capital requerido para incluir propuestas en las asambleas.
El futuro de Arcelor –creada en 2002 tras la fusión de la luxemburguesa Arbed, la española Aceralia y la francesa Usinor– se clarificará en las próximas semanas, ya que el 12 de julio termina el plazo para que los accionistas decidan si aceptan o no la opa de Mittal Steel.