LD (EFE) La fusión aprobada este miércoles y que ya recibió el martes el visto bueno de la Junta de Telefónica Móviles, concluirá previsiblemente a finales de julio o principios de agosto, cuando la filial dejará de cotizar en bolsa.
En su discurso ante los accionistas, que a diferencia de otros años no fue interrumpido por las protestas de los representantes sindicales minoritarios, Alierta destacó que Telefónica ofrece las mayores tasas de rentabilidad en el sector europeo de las telecomunicaciones, del 16,1 por ciento en los últimos tres años y medio.
Alierta hizo hincapié en que la compañía destinó el pasado año 4.476 millones de euros a la retribución al accionista, mediante la distribución de un dividendo de 0,5 euros por acción, el reparto gratuito de una acción nueva por cada 25 antiguas, y el programa de recompra de títulos propios para su amortización.
En su discurso ante los accionistas, que a diferencia de otros años no fue interrumpido por las protestas de los representantes sindicales minoritarios, Alierta destacó que Telefónica ofrece las mayores tasas de rentabilidad en el sector europeo de las telecomunicaciones, del 16,1 por ciento en los últimos tres años y medio.
Alierta hizo hincapié en que la compañía destinó el pasado año 4.476 millones de euros a la retribución al accionista, mediante la distribución de un dividendo de 0,5 euros por acción, el reparto gratuito de una acción nueva por cada 25 antiguas, y el programa de recompra de títulos propios para su amortización.
El presidente de Telefónica señaló que el principal objetivo de la operadora será incrementar los ingresos por usuario y elevar su cartera de clientes un 66 por ciento en cuatro años, hasta alcanzar 255 millones de accesos en 2009. En estos momentos, Telefónica es la tercera operadora de telecomunicaciones del mundo por número de clientes, sólo por detrás de China Mobile y China Telecom.
Alierta concluyó que Telefónica mantendrá tasas de crecimiento superiores a las demás operadoras durante los próximos años, y recordó que la multinacional española prevé aumentar sus ingresos una media anual de entre un 10 y un 14 por ciento hasta 2009. Tras el discurso de Alierta, una veintena de accionistas, principalmente trabajadores de la propia compañía, intervinieron para protestar sobre todo por la política laboral de la empresa. Representantes sindicales y empleados acusaron al presidente de la sociedad de mantener una "política de destrucción del empleo estable y de calidad" y de "ningunear" a los representantes de los trabajadores.