La crisis del sector inmobiliario ha secado las finanzas municipales. Según un informe del Consejo Económico y Social, en pleno boom (en 2007) el 54% de los ingresos propios de los ayuntamientos (excluyendo la participación en los ingresos del Estado y las aportaciones autonómicas) "estaba ligado a la actividad inmobiliaria"; en total, 15.878 millones de euros.
La crisis del sector, con una caída del 90% de las viviendas iniciadas en tres años, ha supuesto "la desaparición de las bases fiscales asociadas a la burbuja inmobiliaria que se habían convertido en un componente esencial de la financiación de los ayuntamientos". Sólo la mayor recaudación del IBI por la actualización de los valores catastrales (ha subido un 22,8% en los últimos tres años) sostiene los ingresos municipales, según publica este lunes La Vanguardia.
Según los datos del Ministerio de Economía, los ingresos municipales que más han notado la crisis son la venta de terrenos que los ayuntamientos se adjudican por la cesión obligada de suelo que hacen los promotores (han caído un 36,8%), mientras el impuesto sobre el incremento del valor de los terrenos ha caído un 12,4%, casi lo mismo que el que grava las construcciones, instalaciones y obras (ICIO, que ha bajado un 12,4%).
Los ayuntamientos han conseguido pese a todo compensar estas bajadas con el alza de la recaudación del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), derivada principalmente de la actualización de los valores catastrales: este impuesto recaudó 9.889 millones el año pasado, un 22,8% más que en 2007, y supone ya el 17% de todos los ingresos municipales.
Algunos municipios, que han considerado esa subida de ingresos insuficiente, han elevado incluso los tipos del IBI, encabezados por Pamplona, Castellón y Palma de Mallorca, con subidas de más del 5,65%. Según reconoce la Federación Española de Municipios (FEM), el carácter inelástico del IBI, que no está ligado a la evolución de la economía, se ha convertido en el principal sostén de las arcas municipales.