LD (EFE) Los bancos y las cajas han tomado dos decisiones estratégicas muy diferentes tras las caídas de las bolsas de los últimos ejercicios, y mientras los primeros han reducido un 5,88 por ciento su cartera de renta variable en el último año, las segundas la han incrementado un 5,55 por ciento. Los analistas consultados explicaron que este "cambio estratégico" de la banca se debe a la fuerte presencia que tiene la renta variable en su balance y consideraron lógico que las cajas se desmarquen de esa tendencia debido a que todavía están menos expuestas a la evolución de los mercados bursátiles.
De hecho, desde las cajas explican que la caídas de los últimos años han dejado en precios muy asequibles las acciones de grandes compañías, circunstancia que quieren aprovechar para conseguir plusvalías en el futuro. No ocurre de la misma manera en los bancos, que prefieren por el momento tener una cartera de valores más segura y menos expuesta a las oscilaciones de la bolsa.
Según los últimos balances publicados por la Asociación Española de Banca (AEB) y la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), correspondientes al mes de mayo, el peso de las acciones, títulos de renta variable y participaciones en el balance de los bancos es del 6,4 por ciento, en tanto que esa misma partida todavía sólo supone el 4,6 por ciento en el caso de las cajas. En términos absolutos, la cartera de la banca en participaciones, acciones y otros activos de renta variable asciende a 47.592 millones de euros, casi el doble que la de las cajas de ahorros, que alcanza los 24.907 millones.
El conservadurismo de la banca en el último año también se ha traducido en su inversión en obligaciones y demás títulos de renta fija, que en mayo registró un aumento interanual del 15,96 por ciento, hasta 49.285 millones de euros. Pese a que la cartera de renta fija de las cajas de ahorros es mucho menor y el rendimiento de los activos de renta fija está en mínimos históricos, este tipo de entidad financiera prefirió reducir su inversión en estos valores, lo que se tradujo en una caída del 4,17 por ciento, hasta 23.926 millones.
De hecho, desde las cajas explican que la caídas de los últimos años han dejado en precios muy asequibles las acciones de grandes compañías, circunstancia que quieren aprovechar para conseguir plusvalías en el futuro. No ocurre de la misma manera en los bancos, que prefieren por el momento tener una cartera de valores más segura y menos expuesta a las oscilaciones de la bolsa.
Según los últimos balances publicados por la Asociación Española de Banca (AEB) y la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), correspondientes al mes de mayo, el peso de las acciones, títulos de renta variable y participaciones en el balance de los bancos es del 6,4 por ciento, en tanto que esa misma partida todavía sólo supone el 4,6 por ciento en el caso de las cajas. En términos absolutos, la cartera de la banca en participaciones, acciones y otros activos de renta variable asciende a 47.592 millones de euros, casi el doble que la de las cajas de ahorros, que alcanza los 24.907 millones.
El conservadurismo de la banca en el último año también se ha traducido en su inversión en obligaciones y demás títulos de renta fija, que en mayo registró un aumento interanual del 15,96 por ciento, hasta 49.285 millones de euros. Pese a que la cartera de renta fija de las cajas de ahorros es mucho menor y el rendimiento de los activos de renta fija está en mínimos históricos, este tipo de entidad financiera prefirió reducir su inversión en estos valores, lo que se tradujo en una caída del 4,17 por ciento, hasta 23.926 millones.