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Los contribuyentes salvan al sector de la automoción de la quiebra en 2009

El derrumbe de la industria no se ha producido, al menos durante este año, gracias los planes de estímulo de los Gobiernos. De enero a noviembre se han vendido en Europa 13.406.382 automóviles, 384.975 menos que en 2008.  

Hace sólo un año las campanas sonaban por la industria europea del automóvil. Después de unos años extraordinariamente buenos en ventas, la crisis empezaba a castigar a uno de los sectores que más y peor la padecen, el del automóvil.

Era el cóctel ideal para llevarse a muchas de las empresas por delante. Los datos macro de todas las economías del continente cantan. El desempleo aumenta de un modo más o menos sostenido, las familias y empresas están muy endeudadas y las expectativas de recuperación son lejanas en la mayor parte de países. Ante un escenario así, los primeros en recibir la estocada tenían que ser los fabricantes de un producto que, como el automóvil, tiene un plazo de amortización perfectamente alargable por sus propietarios.

Los Gobierno de todos los países de la Unión Europea actuaron hace ahora un año al unísono y lanzaron sonoros planes de reactivación del sector, con dinero público, claro. Iniciativas gubernamentales como el Plan 2000e que puso en marcha Zapatero se han repetido por toda Europa. El objetivo era salvar a toda costa una industria que genera el 6,5% del PIB comunitario.

Al final, después de todo el dispendio, la industria apenas ha conseguido salvarse de la quema. Desde la ACEA (European Automobile Manufacturers Association) insisten que la situación es crítica. Las ayudas de este año han conseguido sostener la demanda, pero los costes se han incrementado debido a la adaptación de la industria a las exigentes normativas medioambientales de la UE. Los márgenes se han reducido por culpa de la venta con descuento para aligerar stocks y dar salida a una producción inflada en los años de bonanza económica.

Los fabricantes justifican las ayudas en la cantidad de empleo que genera su industria (2,2 millones de personas trabajan directamente en el sector del automóvil) y en el hecho de que para los Gobiernos comunitarios el coche es una insustituible fuente de ingresos fiscales. Sólo el año pasado recaudaron 381.000 millones de euros en impuestos de los conductores. Carlos Ghosn, presidente de la ACEA, insiste, no obstante, en el empleo que genera el sector, "las ayudas no son para proteger a los accionistas sino para proteger a los trabajadores", ha dicho durante una entrevista para la BBC.

El plan de estímulo para la economía europea, anunciado a finales de noviembre del año pasado, se cifraba en 130.000 millones de euros o, lo que es lo mismo, aproximadamente el 1% del PIB de cada uno de los 27 países miembros. Buena parte de esta generosa inyección se ha ido a la industria automovilística mediante ayudas directas y recolocaciones de parados a través del Fondo de Adaptación a la Globalización.

Desde 2007 este fondo ha destinado 72 millones de euros para subsidiar los despidos en industrias que se están deslocalizándose a países extracomunitarios. Una de las más afectadas es la del automóvil, que, para mantenerse competitiva con el exterior, está optimizando los factores de producción, especialmente el trabajo.

Las ventas bajan, pero poco

Con o sin fondos, en Europa se han vendido menos coches que el año pasado. En estos tiempos revueltos, los que han conseguido aumentar sus ventas han sido los coches de gama media y baja, mientras que las marcas fabricantes de coches de lujo, como las alemanas BMW y Audi o la sueca Volvo, ha registrado los mayores descensos.

Por marcas, el gigante alemán Volkswagen ha mantenido el tipo. Sus ventas consolidando todas las marcas han aumentado un 0,6% gracias al empuje de la casa madre y de la checa Skoda. Las ventas de Seat y Audi, especializadas en coches de tipo deportivo y de lujo, han caído un 6,6% y 7,4% respectivamente.

El grupo PSA (Peugeot-Citroën) se mantiene con un ligero descenso de ventas del 1,8%. La francesa Renault ha vendido más coches que en 2008 gracias a la rumana Dacia, fabricante de coches económicos, que ha experimentado un espectacular incremento del 27,3%. El grupo Ford, que incluye Volvo, desciende un 7,7% las ventas, un punto menos que sus compatriotas de General Motors, lastrado por las crisis de la casa matriz en Estados Unidos y por los malos resultados de Opel, su marca principal en el continente.

Los italianos de FIAT han sido los que mejor han salido parados de este año. La marca turinesa ha crecido en todas sus marcas, especialmente Alfa Romeo, que ha vendido en Europa 8.000 coches más que el año anterior.

Las reinas del lujo: BMW, Daimler y Jaguar se han desplomado. Los bávaros han vendido un 15,2% menos; los suabos de Mercedes-Benz un 14,1% menos; y los británicos de Jaguar un 25,4% menos. Con todo, el récord se lo ha llevado Chrysler que ha bajado casi a la mitad en su marca principal, en Dodge y en Jeep. Si los norteamericanos se descalabran, los coreanos crecen con fuerza. KIA y, sobre todo, Hyundai, que ha incrementado sus ventas europeas en un 26,1%. 

Se ha podido salvar el año, pero si la economía europea no levanta el vuelo, y todo indica que lo levantará, pero para 2011, los grandes grupos automovilísticos pueden verse seriamente comprometidos. La crisis de Opel ha sido sólo un aviso. En 2010 podrían acompañarle en la quiebra alguna más.   

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