L D (EFE) En su comparecencia ante la comisión de Economía y Hacienda del Congreso, Solbes explicó que esta mejora se debió a la contención del gasto público, a la positiva evolución de los ingresos y a un superávit de la Seguridad Social mayor que el inicialmente previsto (del 0,8 por ciento).
Respecto al crecimiento, dijo que el año pasado se situó entre el 2,6 y el 2,7 por ciento y para 2005 reiteró que estará en torno al 2,9 por ciento, aunque si las variables externas -precio del petróleo y crecimiento de la zona euro, principalmente- evolucionan mejor de lo previsto por la Comisión Europea, podría alcanzar el tres por ciento calculado anteriormente por el Gobierno.
En la presentación ante la Cámara del Programa de Estabilidad para 2004-2008, Solbes se mostró "optimista" sobre la evolución futura de la economía española, valoró especialmente el elevado ritmo de creación de empleo y vaticinó una moderación de la inflación. Entre los indicadores recientes, subrayó la recuperación de la inversión en equipo, la mejora del sector turístico, los datos de confianza empresarial y la evolución de los pedidos industriales. Auguró que la composición del crecimiento tenderá a ser más equilibrada, con menor detracción del sector exterior -según el Programa, en 2004 recortó 1,5 puntos al crecimiento, en 2005 restará un punto y se irá reduciendo progresivamente los ejercicios siguientes-.
En opinión de Solbes, la evolución económica que apunta España es muy positiva, sobre todo teniendo en cuenta el contexto internacional "no sencillo", con débil crecimiento en la zona euro y un precio del petróleo relativamente elevado. Sobre la política presupuestaria, subrayó el compromiso del Ejecutivo con la estabilidad y reiteró que el cambio en la previsión de ejecución del año pasado, de superávit a déficit, al llegar el PSOE al Gobierno, no fue resultado de una nueva orientación política, sino de aplicar ajustes contables y asumir determinados compromisos de gasto. Si se excluyeran esos gastos no recurrentes, señaló el vicepresidente, el saldo final de las administraciones públicas hubiera sido de superávit. A falta de conocer los datos de las Administraciones Territoriales, confirmó que el déficit del conjunto de las Administraciones Públicas en 2004 fue "considerablemente menor" del 0,8 por ciento del PIB calculado hasta ahora y mantuvo la previsión de un superávit del 0,1 por ciento para este ejercicio.
Entre los retos a que se enfrenta la economía española, Solbes subrayó el avance de la productividad, que está todavía por debajo de la zona euro y de Estados Unidos, y la reducción del diferencial de inflación con los socios comunitarios pues, aunque no es excesivamente alarmante, puede afectar a la competitividad. En este contexto, explicó el ministro, la política económica apuesta por la estabilidad presupuestaria, el aumento de la productividad y la mejora de la transparencia y calidad del marco regulador.
Reiteró los efectos positivos de mantener las cuentas públicas en equilibrio y avanzó que, en la reforma de la Ley de Estabilidad Presupuestaria, se separará la Seguridad Social del resto de administraciones para fijar el objetivo de estabilidad y éste será a lo largo del ciclo. Para impulsar la productividad, agregó, se acometerán a lo largo de la legislatura reformas estructurales de los mercados de productos y factores y se fomentará el clima empresarial y el espíritu emprendedor. Indicó que las reformas estructurales en los mercados de productos afectarán a la práctica totalidad de sectores -energía, medio ambiente, transporte, vivienda, telecomunicaciones, distribución comercial y servicios postales y profesionales, entre otros-.
En cuanto al mercado laboral, las prioridades serán reducir la temporalidad, aumentar la participación de las mujeres, modernizar la negociación colectiva, mejorar la formación y perfeccionar el sistema de protección social.
Respecto al crecimiento, dijo que el año pasado se situó entre el 2,6 y el 2,7 por ciento y para 2005 reiteró que estará en torno al 2,9 por ciento, aunque si las variables externas -precio del petróleo y crecimiento de la zona euro, principalmente- evolucionan mejor de lo previsto por la Comisión Europea, podría alcanzar el tres por ciento calculado anteriormente por el Gobierno.
En la presentación ante la Cámara del Programa de Estabilidad para 2004-2008, Solbes se mostró "optimista" sobre la evolución futura de la economía española, valoró especialmente el elevado ritmo de creación de empleo y vaticinó una moderación de la inflación. Entre los indicadores recientes, subrayó la recuperación de la inversión en equipo, la mejora del sector turístico, los datos de confianza empresarial y la evolución de los pedidos industriales. Auguró que la composición del crecimiento tenderá a ser más equilibrada, con menor detracción del sector exterior -según el Programa, en 2004 recortó 1,5 puntos al crecimiento, en 2005 restará un punto y se irá reduciendo progresivamente los ejercicios siguientes-.
En opinión de Solbes, la evolución económica que apunta España es muy positiva, sobre todo teniendo en cuenta el contexto internacional "no sencillo", con débil crecimiento en la zona euro y un precio del petróleo relativamente elevado. Sobre la política presupuestaria, subrayó el compromiso del Ejecutivo con la estabilidad y reiteró que el cambio en la previsión de ejecución del año pasado, de superávit a déficit, al llegar el PSOE al Gobierno, no fue resultado de una nueva orientación política, sino de aplicar ajustes contables y asumir determinados compromisos de gasto. Si se excluyeran esos gastos no recurrentes, señaló el vicepresidente, el saldo final de las administraciones públicas hubiera sido de superávit. A falta de conocer los datos de las Administraciones Territoriales, confirmó que el déficit del conjunto de las Administraciones Públicas en 2004 fue "considerablemente menor" del 0,8 por ciento del PIB calculado hasta ahora y mantuvo la previsión de un superávit del 0,1 por ciento para este ejercicio.
Entre los retos a que se enfrenta la economía española, Solbes subrayó el avance de la productividad, que está todavía por debajo de la zona euro y de Estados Unidos, y la reducción del diferencial de inflación con los socios comunitarios pues, aunque no es excesivamente alarmante, puede afectar a la competitividad. En este contexto, explicó el ministro, la política económica apuesta por la estabilidad presupuestaria, el aumento de la productividad y la mejora de la transparencia y calidad del marco regulador.
Reiteró los efectos positivos de mantener las cuentas públicas en equilibrio y avanzó que, en la reforma de la Ley de Estabilidad Presupuestaria, se separará la Seguridad Social del resto de administraciones para fijar el objetivo de estabilidad y éste será a lo largo del ciclo. Para impulsar la productividad, agregó, se acometerán a lo largo de la legislatura reformas estructurales de los mercados de productos y factores y se fomentará el clima empresarial y el espíritu emprendedor. Indicó que las reformas estructurales en los mercados de productos afectarán a la práctica totalidad de sectores -energía, medio ambiente, transporte, vivienda, telecomunicaciones, distribución comercial y servicios postales y profesionales, entre otros-.
En cuanto al mercado laboral, las prioridades serán reducir la temporalidad, aumentar la participación de las mujeres, modernizar la negociación colectiva, mejorar la formación y perfeccionar el sistema de protección social.