No es ningún descubrimiento decir que en España los emprendedores, empresarios e innovadores son vistos con cierto recelo. Y lo que es peor, por mucho que digan los políticos, las políticas públicas y el marco institucional (regulatorio e impositivo) no ayudan, sino todo lo contrario, a fomentar la actividad empresarial e innovadora.
Las barreras burocráticas y administrativas sobre aquéllos que se deciden a arriesgar su propio capital para crear una pequeña empresa son numerosas. La presión impositiva que afecta a pequeñas y medianas empresas es más elevada que en otros países desarrollados debido, especialmente, a la elevada carga de las cotizaciones sociales. Y el clima general que experimentan los empresarios es notablemente peor que en otros países.
Así lo constatan diversos indicadores elaborados por organismos internacionales como el Banco Mundial (en su proyecto Doing Business) o el World Economic Forum, que destacan la excesiva burocratización y trabas administrativas, además de la rigidez del mercado laboral. En la comparativa con el resto de países España no sale nada bien parada, apareciendo al mismo nivel que potencias como Kazajistán en la facilidad para hacer negocios.
Gary Stewart, profesor en el Instituto de Empresa y emprendedor con una intensa experiencia, lo expresa con meridiana claridad: "Los emprendedores españoles son una especie en peligro de extinción. En una economía socialista, el emprendedor -y en general las personas de negocios- es considerado como la personificación de la envidia capitalista".
Para Stewart, el papel del Gobierno para fomentar la actividad emprendedora debería ser la de dejar hacer y experimentar libremente a los verdaderos protagonistas, en lugar de perjudicarles, por un lado, mediante regulaciones o impuestos onerosos, y por otro, mediante la concesión de ayudas y subvenciones públicas.
Unas ayudas que, en buena parte de los casos, no acaban yendo a quienes realmente las necesitan o a quienes se dice que deberían ir -aquellas empresas con buenos proyectos, pero con problemas de falta de financiación-. Así, no parecería lo más lógico que, por ejemplo, el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) conceda ayudas financieras a una empresa que forma parte de un gran grupo empresarial como lo es El Pozo.
No obstante, a pesar de las dificultades, hay quienes asumen los riesgos y deciden crear su propio negocio e, incluso, los hay que intentan innovar en tecnologías punteras.
Éste es el caso de Elazar Lozano Vidal, el responsable en España y socio cofundador de Ex – Sight, una empresa de reciente creación dedicada al desarrollo de software informático destinado a la seguridad digital y física mediante sofisticados métodos de reconocimiento facial. A caballo entre Israel y España, esta pequeña empresa está tratando de hacerse hueco en un mercado global y competitivo a través de la innovación tecnológica.
Recientemente, fueron invitados como empresa innovadora a la gala de innovadores del diario El Mundo celebrada en Valencia el pasado diciembre. En una entrevista con Libertad Digital, Lozano explica su actividad emprendedora y las dificultades por las que están atravesando.
Pregunta (P): ¿Qué proyectos están tratando de comercializar en la actualidad?
Respuesta (R): En estos momentos disponemos de una amplia cartera de productos capaces de permitir el acceso seguro tanto a un PC privado como a un entorno web como, por ejemplo, nuestra banca online. Asimismo, en nuestra línea de seguridad física tenemos sistemas de control de acceso y detección constante de caras para entornos en los que se pretende detectar a personas sospechosas basándonos en nuestra tecnología de Reconocimiento Facial.
En la actualidad, pretendemos iniciar una nueva línea de I+D destinando nuestra tecnología al análisis de rasgos faciales con fines de detección y seguimiento de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson.
P: En España una buena proporción de jóvenes aspira a ser funcionario. ¿A qué cree que se debe?
R: Personalmente, creo que la mayoría de jóvenes piensa en todo momento, tanto a la hora de elegir sus estudios como a la hora de conseguir un puesto de trabajo, en la estabilidad del trabajo y, principalmente, en que el sueldo sea elevado. Por ello, se busca un trabajo que hoy en día aporta estos dos aspectos, como puede ser el de funcionario.
P: Dada esta actitud mayoritaria entre los jóvenes, ¿por qué decide crear su propio negocio?
R: En mi caso, prácticamente desde el primer momento en que finalicé mis estudios he trabajado por cuenta propia, dado que en mis primeras experiencias en empresas me di cuenta de que tenía en todo momento ansias de modificar aspectos en la empresa y hacer nuevas cosas que, evidentemente, los gerentes de esas empresas no permitían.
De ahí que al poco tiempo terminara por crear mi propia empresa de ingeniería en la que he ido abarcando diferentes campos de trabajo hasta llegar al que realmente se adapta a mis características de innovador.
P: ¿Cuáles son las dificultades y trabas que un emprendedor debe superar para empezar a operar su negocio? ¿Cómo es esto en otros países sobre los que tenga experiencia?
R: Las dificultades en este punto son numerosas. Destacan los excesivos gastos que supone para un joven el crear una empresa, principalmente, en lo referente a la constitución y búsqueda de financiación.
Por mi conocimiento de otro país como es Israel, en el que tenemos una delegación, allí el trámite es mucho más sencillo y económico, evitando para la constitución todo el papeleo de notarías, facilitando en todo momento el inicio para empresas que pretenden innovar. De ahí, seguramente, que sea uno de los países líderes en innovación a nivel mundial.
P: ¿Piensa que los impuestos y tasas existentes en España son un freno a la actividad emprendedora, especialmente en la etapa inicial?
R: Pienso que para una empresa joven que pretende llevar a cabo un camino de innovación que puede aportar una base de nuevos negocios y fomentar el empleo, los impuestos y tasas deberían ser muy inferiores e, incluso, nulos durante el primer año de funcionamiento, en el que está demostrado que la mayoría de empresas no cierra con beneficios.
P: Los políticos de todos los partidos suelen jactarse de que fomentan la innovación y apoyan a los emprendedores con ayudas y subvenciones, como a la I+D. ¿Qué piensa acerca de la eficacia de estas ayudas en nuestro país?
R: Es verdad que existen varias líneas de subvención y ayudas para emprendedores y proyectos de I+D, pero también es verdad que en la mayoría de los casos las pequeñas empresas innovadoras no tienen acceso a ellas.
Esto se debe a que, especialmente en tiempos de crisis como el actual, son las grandes empresas las que acaparan rápidamente estas ayudas, presentando en muchos casos proyectos supuestamente innovadores que en ningún caso van a fomentar un crecimiento en la industria de nuestro país, sino que van dirigidos a enriquecer un poco más a las grandes empresas o empresas coparticipadas por los propios políticos.
En este aspecto quisiera resaltar que nuestra experiencia está siendo dura en la consecución de estas ayudas, dado que para acceder a ellas se requiere mucha documentación, inversión y estudios de mercado que, en muchos casos, superan las posibilidades de una empresa con buenas ideas, pero con poco capital.